Los Reyes David y Salomón en el Patio de Reyes del Monasterio de El Escorial |
Las semejanzas entre el Templo de Salomón y el Monasterio de El Escorial
no sólo han sido tratadas por los cronistas del siglo XVI y XVII, sino que los
historiadores modernos las han discutido
tanto desde el punto de vista simbólico, como desde el punto de vista de la
posible influencia del prototipo bíblico en la traza arquitectónica
escurialense.
A continuación, y antes de recoger sus opiniones por riguroso orden alfabético, los enumeraremos en función de sus opiniones, para por último señalar también sus opiniones sobre los parecidos entre el Es Escorial y el Templo de Villalpando. Curiosamente, sólo los muy convencidos, como Moya, Taylor y Osten Sacken, han podido elaborar una teoría coherente sobre las influencias salomónicas en El Escorial. El resto, tanto los que están a favor como en contra, se limitan a expresar sus opiniones -o como mucho sus dudas- sobre la importancia del tema, que suele ser el caso de los que han investigado las implicaciones simbólicas del asunto.
A continuación, y antes de recoger sus opiniones por riguroso orden alfabético, los enumeraremos en función de sus opiniones, para por último señalar también sus opiniones sobre los parecidos entre el Es Escorial y el Templo de Villalpando. Curiosamente, sólo los muy convencidos, como Moya, Taylor y Osten Sacken, han podido elaborar una teoría coherente sobre las influencias salomónicas en El Escorial. El resto, tanto los que están a favor como en contra, se limitan a expresar sus opiniones -o como mucho sus dudas- sobre la importancia del tema, que suele ser el caso de los que han investigado las implicaciones simbólicas del asunto.
·
Muy convencidos: Luis Moya, René Taylor,
Cornelia Von Der Osten Sacken.
·
A favor: José Luis Abellán, Luis Arciniega, Antonio
Bonet, Fernando Chueca, John H. Elliot, Luis Fernández-Galiano, Ernesto Giménez
Caballero, Antonio Martínez Ripoll, Pedro Navascués, Juan Antonio Ramírez,
César Ruiz-Larrea, Santiago Sebastián López, Nicholas Wilcox, la Guía Visual de
El País y la revista Geo.
·
En contra: Juan Miguel Hernández de León, Francisco Íñiguez Almech, Henry Kamen, George Kubler.
·
Tibios: Fernando Checa y Agustín Bustamante
José Luis ABELLÁN (Catedrático de la Universidad Complutense).
"Esta consideración del edificio como microcosmos presuponía una idea previa a la construcción y que esa
idea tenía que condicionar la elaboración del diseño. El contenido de esa idea
es muy posible que fuera el Templo de Jerusalén, y así lo confirma el
historiador por autonomasia del edificio, el famoso fray José de Sigüenza,
quien se refiere a El Escorial como "otro Templo de Salomón, al que
nuestro patrón y fundador quiso imitar en esta obra". Esta interpretación
se confirma si consideramos que Felipe II fue visto en su época como el segundo Salomón". [1]
Luis ARCINIEGA GARCÍA (Profesor del Departamento de Historia del Arte, Universitat de
València).
"[...] la aspiración de legitimarse como nuevo Salomón, solicitando
para sí el dominio del cristianismo. La voluntad regia de conectar con la
dinastía bíblica se manifiesta desde el inicio de la construcción del
Monasterio -en la Carta de Fundación y Dotación del mismo, toma Felipe II el
título de Rey de Jerusalén- hasta el final de la obra, en 1584, cuando se
colocan en la fachada de la iglesia los seis reyes veterotestamentarios del
escultor Monegro. Asociación que fue respaldada por diversos tipos de
documentos. Por ejemplo tiene resonancia en la reconstrucción del Templo de
Salomón llevada a cabo por Prado y Villalpando.
El Escorial aparece en un momento de gran difusión de los tratados arquitectónicos y de estudios de arquitectura bíblica. La arquitectura que perseguía el arquetipo de la perfección encuentra una vía en el estudio de las medidas dadas por Dios a Noé para fabricar l nave, a Moisés para el Tabernáculo y a Salomón para el Templo, así como en la visión de Ezequiel del templo divino, puesto que lo proyectado por Dios no podía ser más que perfecto [...] La reconstrucción del templo salomónico es posterior a la finalización del Monasterio, sin embargo presenta grandes semejanzas que pueden explicarse por la estrecha relación existente entre Herrera y Villalpando. El vitruvianismo sacralizado en El Escorial recoge el testigo de la construcción salomónica; conectándose Felipe II y su Monasterio con la tradición bíblica adquieren un carácter de divinidad que los legitima [...] Es difícil delimitar hasta qué punto los modelos bíblicos están presentes en la ideación de la construcción, pero lo indiscutible es su uso "a posteriori" para destacar la figura de Felipe II y de su obra arquitectónica." [2]
Antonio BONET CORREA (Dr. Arquitecto, profesor de la Escuela de Arquitectura).
"Respecto al Templo de Salomón, el templo de los templos, para el
cristiano la culminación de toda la arquitectura, existe una importantísima
referencia. El jesuita Juan Bautista de Villalpando publicó en Roma una
reconstrucción ideal del Templo de Salomón. Villalpando, discípulo de Herrera,
toma como modelo El Escorial, edificio con el que ya el Padre Sigüenza había
establecido el parangón". [3]
"Felipe II, monarca que por su sabiduría y prudencia era calificado
por sus contemporáneos de «nuevo Salomón» [...] El Templo de Salomón, por su
planta y alzado, tal como lo imaginaron, ofrece gran paralelismo con el
monasterio-palacio-panteón construido por Felipe II en la sierra madrileña. El
clasicismo herreriano de las ilustraciones diseñadas por Villalpando es la
prueba palmaria de la identificación ideal de ambas excelsas construcciones,
conceptualmente consideradas como emanaciones de una idea absoluta de lo
arquitectónico [...] El interés de Felipe II, muy enterado de arquitectura y
mecenas artístico, por un libro que era como el reflejo de las ideas
fundamentales de El Escorial, Octava Maravilla del mundo y remedo del Divino
Templo de Salomón". [4]
Agustín BUSTAMANTE GARCÍA (Profesor de Historia del Arte, Universidad Autónoma de Madrid, Facultad
de Filosofía y Letras, Departamento de Historia y Teoría del Arte. Escribió su
tesis doctoral sobre Valladolid, dirigida por Juan José Martín González.
Vallisolitano militante, ha escrito un monumental trabajo monográfico sobre El
Escorial, de la arquitectura y ornato del monasterio, realizado tras diez años
de trabajos en el mismo).
"Es lógico pensar, así pues, que con Sigüenza, Juan Bautista de
Toledo, Juan de Herrera y, probablemente, Felipe II, vieran en el Escorial no
como imitación y superación del Templo de Salomón, sino que consideraran este
hipotético modelo sólo como un eslabón sucesivo al Arca de Noé, el Tabernáculo
y el propio Templo, construcciones para las que Dios había dado instrucciones y
planos y, por tanto, emanaciones de la Sabiduría Divina. Los templos y estas
obras no eran arquetipos, no se imitaban sus formas, sino su sapiencia en
términos de simetría, armonía, proporción [...] de principios arquitectónicos
divinos que había transmitido los antiguos." [5]
"El primer testimonio legendario fue la equiparación de la fundación
filipina con el Templo de Salomón. Este punto, complicado ya en su época, ha
acabado siendo uno de los aspectos más distorsionado de la leyenda escurialense
[n. 14: El asunto de El Escorial y el
Templo de Salomón, vínculo establecido ya en el siglo XVI, adquirió un sesgo
pecularisimo a partir del estudio de R. Taylor]. Hay un dato incontestable
que establece un vínculo entre Felipe II y su Monasterio de San Lorenzo el Real
y Salomón y su Templo de Jerusalén: los seis Reyes de la Basílica [...] desde
luego, las figuras no estarían en tan importantísimo lugar si el Rey Prudente
no hubiese decidido que se hiciese y colocaran allí. Constatamos el hecho pero
se nos escapan sus razones profundas, ya que no hemos encontrado información
sobre el mismo [...] La nueva idea, que se sumaba a todo lo existente, sólo
requería una vestimenta, unas actuaciones puntuales sobre la superficie [...]
La idea de establecer explícitamente un vínculo entre la Basílica del Escorial
y el Templo de Salomón ha de ser posterior a la traza de la fachada de Juan de
Herrera. Ello nos lleva a considerar que tal concepción deberá surgir desde
1577. No existe, en toda la documentación conocida por nosotros, la menor referencia
a este punto. Lo cual nos induce a pensar que tal noción no arrancó ni del Rey,
ni del círculo de la Corte, ni del "estudio" de arquitectura dirigido
por Juan de Herrera, ni del círculo escurialense, ya de la Congregación, ya del
Prior y el Convento. La nueva idea procedía de Arias Montano [...] La fundación
de Felipe II no era la imitación del Templo de Salomón, ni mucho menos
pretendía superarlo. No existe una relación causa-efecto entre el desaparecido
edificio bíblico y la obra española. Lo que une a las dos fábricas es la idea
de lo perfecto, captada en la imitación de la naturaleza, creada por Dios, y
reflejo de sí mismo; y todo ello dirigido a exaltar, a honrar al mismo Dios
[...] San Lorenzo el Real de El Escorial no era otro templo, sino un edificio como
el Templo de Salomón [...] este borrador del biblista [las inscripciones de los
Reyes de Judá de Arias Montano] perdiéronse todavía en vida de Felipe II sin
quedar memoria de él. Caso sospechosísimo, que nos inclina a considerar, que la
oposición a Arias Montano y a su idea de un "Escorial bíblico", un
"Escorial Templo de Jerusalén", era tan fuerte, que aunque hubo que
aceptar la incorporación de los seis Reyes judíos en la faz de la Basílica,
logró frenar las inscripciones, acaso por excesivamente claras [...] Los
contactos con el Templo de Jerusalén se forjan en la década de los setenta, a
partir de 1577, con la llegada de Arias Montano a la fábrica en obras; no
afecta ni a la estructura arquitectónica, ni a las funciones que cumple la
edificación, sino que cristaliza en la escultura y, como una máscara, se coloca
sobre el marco arquitectónico [...] La Octava Maravilla, al convertirse en
Única, se metamorfoseaba, no en el nuevo Templo de Salomón, sino en el Castillo
de la Fe contra la Herejía". [6]
"Pero tanta perfección supo valorarla Arias Montano, que convenció
al Rey para hacer de la Basílica la expresión de un nuevo Templo de Salomón,
colocando en su fachada las seis efigies de los reyes de Israel". [7]
Fernando CHECA CREMADES (Profesor de Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid.
Actual director del Museo del Prado, comisario de la exposición "Felipe
II, príncipe del Renacimiento" [1998] y uno de los mayores expertos del
Renacimiento español y de Felipe II. Si bien no parece creer que la traza de El
Escorial estuviera influida por la del templo hierosolimitano, sí constata el
simbolismo adherido al edificio y al mismo rey, y sobre todo su presencia
panegírica en las crónicas posteriores).
"Es en este contexto de desmesuradas aspiraciones en torno al
significado del edificio done se sitúa la polémica acerca del sentido
salomónico del monasterio [...] Pues, como en el monumento de Jerusalén, en el
levantado en las cercanías de Madrid se pretendió crear una arquitectura
perfecta, una estructura santa que sacralizara, desde el punto de vista
cristiano, alguno de los dogmas intocables de la estética vitruviana [...] Pero
desde nuestro punto de vista no nos interesa tanto el seguir los pasos de esta
discusión, sino simplemente el señalar que la misma -es decir, la relación o no
de El Escorial con el Templo de Jerusalén- ha influido en la imagen y en las
interpretaciones historiográficas del mismo a lo largo de los siglos." [8]
"Aunque sobre la idea de comparar el templo de Jerusalén con el
Monasterio de El Escorial se ha fantaseado mucho, sí es cierto que desde los
últimos años de su vida Felipe II patrocinaba una empresa editorial como la
llevada a cabo por los padres Prado y Villalpando en Roma." [9]
"Si un rasgo caracteriza su protección de las artes es el de
cristianización de la Antigüedad y la sabiduría del pasado. Así fue percibido
ya por sus contemporáneos, quienes comenzaron a calificarle al final de su
reinado de nuevo Salomón [...] aparecían teatros [en la entrada a Bruselas, en
1549] con representaciones de la Biblia o espectáculos en los que figuraba la
relación de Felipe con Salomón, que más adelante se convertirá en tópica [...]
Los arcos triunfales le recordaban de continuo la grandeza de su estirpe y
especialmente la de su padre el Emperador a través de las consabidas alusiones
a Hércules, a la historia de Salomón y David [...] El tema sucesorio se
convierte en uno de los favoritos de estas entradas; y su ejemplificación a
través de la historia de David y Salomón es de las más frecuentes.
Es aquí donde aparece la alusión salomónica [en Excelencias de la Monarquía..., de López Madera, 1597]. El rey de
la Biblia es considerado como el personaje sabio por excelencia y es
continuamente comparado con Felipe II. Según López Madera fue Salomón quien
dijo que el rey justiciero y sabio debía estar armado [...] de igual manera, el
cuadro de Lucas de Heere que representa a Felipe
II como Salomón es el mejor ejemplo que poseemos de esta idea del rey como
Sabio y Justiciero [...] La Reina de Saba, que preside un cortejo que ofrece
obsequios a Salomón, quizá simbolice a los territorios bajo el dominio
hispánico, representado en la figura real del Felipe II-Salomón.
A lo largo de los años de la construcción no sólo comenzó a elaborarse
una mitología en torno al mismo (que lo consideró como la «Octava maravilla del
mundo» o un nuevo «Templum Salomonis»), sino que además el programa fue
adquiriendo una complejidad cada vez mayor [...] Es éste uno de los temas
habituales de la discusión historiográfica en torno al edificio, para el que se
han señalado los más diversos orígenes: el Templo de Salomón, la arquitectura
hospitalaria española e italiana, el templo de Diocleciano en Spalato, el
convento de los benedictinos en Catania... Pero el precedente más inmediato y
que probablemente Felipe II y sus arquitectos tuvieron en cuenta debió ser la
arquitectura monástica medieval.
Fue a través del propio lenguaje arquitectónico como procuró cristianizar
una cultura que, como la renacentista tenía tantos vínculos con el mundo de una
Antigüedad anterior a la llegada santificadora de Jesucristo. Es desde este
punto de vista desde el que hay que comprender escritos como el Discurso de la figura cúbica de Juan de
Herrera, o el tratado sobre el Templo de Salomón que escribirán bajo los
auspicios reales, los jesuitas Prado y Villalpando, así como la polémica
salomonista entre éstos y Arias Montano [...] y no duda [el padre Sigüenza] en
comparar la imagen de Felipe II que estuvo en «alta meditación y en un éxtasis soberano»
durante la misa, con «otro Salomón», dando gracias a Dios por haberle permitido
ver acabada la grandiosa fábrica de la Basílica [...] Frente al sentido
salomónico que adquieren otras partes del edificio -como la fachada de la
Basílica o las pinturas al fresco de la Celda del Prior-, o la importancia de
los elementos del Antiguo Testamento, los aspectos de la teología católica
contrarreformista predominan en este importante espacio [el claustro grande]
[...] La Celda Baja del Prior, alrededor de la escena del Juicio de Salomón, obra de Francisco de Urbino [...] alude a un
tema capital para la comprensión de El Escorial como es el de la Sabiduría
asociada con Salomón, que ahora no se refiere tanto a Felipe II como a la
sapiencia que debía adornar al prior que habitaba esa celda [...] La referencia
a la Sabiduría se complica con la aparición [de un cuadro en esa misma
habitación] que representa a un sacerdote del templo con un niño[...] Llama
nuestra atención la presencia de elementos iconográficos vinculados al Antiguo
Testamento. Recordemos que el elemento central es el Juicio de Salomón y que en
algunas de las pequeñas figurillas que acompañan al conjunto es manifiesta la
presencia de sacerdotes del Viejo Templo [...] Comenzaba entonces el mito y la leyenda
-de diversos colores según el autor y la época- del Rey Prudente, del nuevo
Salomón que encarnaba uno de los momentos estelares de la historia europea.
Además, ésta [la imagen alegórica del monarca] cumple con el requisito de
estar basada en la religión cristiana (otra vez la cristianización de la
Antigüedad, mediante el recurso de la retórica cristiana), ya que este «retrato
digno» no es otro que el de «Salomón, aquel celebratísimo Rey, con quien lo
comparo, y aun con un Plus Ultra, diciendo Ecce Plus quan Salomon hic. Mira a
éste, más que Salomón» [...] fray Alonso establece una serie de similitudes
entre David y Carlos V y Salomón y su hijo Felipe [...] como es lógico, la
comparación con Salomón culmina con una referencia a El Escorial, en la que se
establece un claro paralelismo entre el edificio y las maravillas del mundo
[...] En el sermón predicado por Lorenzo de Ayala en Valladolid, a la vez que
se recurre una vez más al tópico de la comparación entre Carlos V y David [...]
El edificio y su promotor fueron objeto de intensas discusiones y múltiples
interpretaciones. El coste de las obras, [...] su relación con el Templo de
Salomón." [10]
Fernando CHUECA GOITIA (Madrid, 1911. Dr. Arquitecto.
Catedrático de Historia del Arte y de Historia de la Arquitectura de la Escuela
Superior de Arquitectura [Universidad Politécnica de Madrid], Académico de la
Historia y de Bellas Artes).
"Deja solo resplandeciente el templo, santuario de la divinidad,
pero no asamblea de los fieles. Una vez más, Felipe II se incorpora a la
tradición más arcaica, más cerca del Templo de Salomón que de la asamblea de
Cristo." [11]
"Miraba por una parte al pasado más remoto, incluso a esa
reconstrucción del Templo de Jerusalén, que tanto le sedujo [...] Después de la
cautividad de Babilonia, la profecía de Ezequiel era el anuncio de del futuro
Reino de Dios. Después del gravísimo cisma de la Reforma luterana, El Escorial
era la visión ideal de la iglesia restaurada[...] Los seis reyes simbolizan la
restauración del Templo por antonomasia y todos ellos, monumentales y
fastuosas, están allí porque todos ellos tuvieron parte en la edificación o
restauración del Templo de Jerusalén. No es pues su presencia una glorificación
de la monarquía hebrea sino de la Casa de Dios [...] Lo importante es que
Felipe II tenía la conciencia íntima de estar resucitando el Templo de la
Antigua Ley [...] " [12]
"Quiere reencarnar la ley mosaica manteniendo el espíritu arcaico de
los Reyes de Israel. Góngora le llamó Salomón II, y el Monasterio participó de
las ideas del padre Villalpando, de su reconstrucción del Templo de Salomón,
tal y como aparece en su libro sobre las Profecías de Ezequiel. En la fachada
principal del templo, en lugar de otras imágenes, Felipe II colocó las estatuas
monumentales de seis Reyes del pueblo hebreo." [13]
John H. ELLIOT
"Pero ¿cómo podía saber Villalpando cómo era el Templo de Salomón?
Lo sabía porque había visto algo muy similar, ya que la planta del Templo de
Salomón se asemeja enormemente a la de El Escorial. La similitud no puede
sorprendernos, ya que Villalpando era alumno de Juan de Herrera [...] Al tomar
El Escorial como modelo, Villalpando está honrando a su maestro [...] No es
seguro si el mismo Herrera concibió El Escorial como una versión moderna del
Templo de Salomón, y ello ha sido ampliamente debatido. Pero una vez construido
no podía escapar a la comparación, y se da el caso de que Fray José de
Sigüenza, el gran historiador contemporáneo de El Escorial, dedica todo un Discurso de su historia a la comparación
de los dos edificios [...] el Templo de Salomón se convirtió en punto de
referencia obligado para El Escorial, llenándolo de significado y simbología.
La simbología resultaba aquí especialmente apropiada, puesto que el Rey
Prudente tenía todas las características de un Salomón contemporáneo. El
Escorial era la residencia del Rey Salomón español y ésta era precisamente la
imagen nacional e internacional que se había ido forjando y que estaba latente
al final de la vida de este gran rey [...] Para la primera generación de
españoles que vivió bajo la pesada sombra del edificio, verdaderamente era el
templo del Salomón español". [14]
Luis FERNÁNDEZ-GALIANO
"[...] es verosímil que a Felipe, que fue llamado el Rey Prudente,
le halagase verse a sí mismo como un nuevo Salomón: un sabio constructor hijo
de un guerrero, Carlos V o David, y las estatuas de los dos reyes de Israel que
flanquean la entrada a la Basílica deben interpretarse en esta clave
hermenéutico-propagandística." [15]
Ernesto GIMÉNEZ CABALLERO (Ideólogo falangista).
"[El Escorial era] la ecuación catolicista, universal entre Oriente
y Occidente, entre libertad y autoridad, entre racismo germánico e
igualitarismo semita". [16]
Juan Miguel HERNÁNDEZ DE
LEÓN (Dr. Arquitecto, catedrático de Estética y
Composición de la Escuela de Arquitectura en Madrid).
"tras interpretaciones tan opuestas sobre el significado de la
invención de El Escorial puede subyacer una cierta confusión metodológica: la
de atender de forma reduccionista a alguno de los niveles de la obra como
configurador en exclusiva de su contenido [...] La intencionalidad de levantar
El Escorial como nuevo Templum Salomonis
es un dato claro que no anula otras posibles lecturas de sus códigos
iconológicos [...] En torno a la presencia de esta «idea del Templo de Jerusalén»
en la traza de la obra de El Escorial no deja de ser clarificadora la
aportación de Juan Antonio Ramírez sobre la diferencia entre la idea sobre el
Templo («como recuerdo de un lugar y simultáneamente como un símbolo de la
salvación prometida») y la morfología
concreta elegida para su representación [...] El Templo de la Pintura de Lomazzo está, por tanto, más cerca
ideológicamente de la idea de El Escorial que algunas otras referencias." [17]
Francisco IÑIGUEZ ALMECH (Madrid, 1901 - Pamplona, 1986. Dr. Arquitecto, catedrático de Historia
del Arte y de Historia de la Escuela de Arquitectura en Madrid y Pamplona, y
académico de Bellas Artes).
"[El Patio de Comares y el de los Reyes de El Escorial] tienen
parecidos de composición indudable, aunque su escala los separe
totalmente". Respecto a las comparaciones hechas por el padre Sigüenza de
Felipe II con el rey Salomón, cree que "no son todos en junto más que los
acostumbrados elogios y simbolismos presentes en su castiza y erudita prosa
[...] de otro modo lo hubiera dicho con su entusiasmo elocuente; más aún
citando a otro escurialense, Arias Montano, encargado de otra reconstrucción
del templo de Jerusalén, nada parecida por cierto, al Monasterio, a pesar de su
intervención en que se colocasen los reyes y sus letreros [...] San Lorenzo no
quiso ser una copia del templo de Jerusalén, y las semejanzas de planta que
puedan existir entre las famosas «parrillas» y la planta del P. Villalpando,
son las normales entre trazas y diseños renacentistas". [18]
Henry KAMEN (Rangún, Birmania, 1936. Distinguido hispanista, doctorado por la
Universidad de Oxford, ha enseñado en varias universidades de Inglaterra y de
Estados Unidos. Miembro de la Royal Historical Society de Londres. Actualmente
es profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones
Científicas, de Barcelona.
"Es improbable que las ideas ocultistas interviniesen
conscientemente en los planes, o que el Rey haya tenido alguna intención de
recrear el antiguo templo de Salomón". [19]
George KUBLER (Los Angeles, 1912-1996. El renombrado hispanista George Alexander
Kubler vivió en Francia y Suiza, hasta que en 1929 recaló en Yale, desde donde
escribió numerosos estudios sobre la arquitectura española y portuguesa de los
siglos XVI al XVIII).
"Siempre que un rey construye, surge el recuerdo de Salomón [...] la
estatua que representa al rey bíblico [...] fue una idea tardía, anterior a
1580, pero ausente del primitivo dibujo herreriano de la fachada [...] la idea
de los seis reyes bíblicos no halló expresión hasta el momento en que se
encargó su talla a Monegro. Igualmente posterior a la edificación de El
Escorial es la lujosas publicación (1598-1604) de un estudio que reconstruye
con mucha imaginación el Templo de Jerusalén". [20]
Antonio MARTÍNEZ RIPOLL (Murcia, 1947. Doctor en Filosofía y Letras, catedrático de Historia del
Arte de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid) y académico de la RABA de
San Fernando y de la de Alfonso X el Sabio).
"Precisamente, su erección [la de El Escorial] fue la causa más o
menos tácita que originó el polémico debate sobre la reconstrucción del Templo
de Salomón entre Benito Arias Montano y los jesuitas Jerónimo del Prado y Juan
Bautista Villalpando [...] Al rey Felipe II se le consideró, con o sin razón,
un nuevo Salomón y a su magna obra arquitectónica se la vio como un nuevo
Templo de Salomón". [21]
"El Escorial movilizó en su torno -propiciados por el mecenazgo real
de Felipe II- una serie de ensayos de reconstrucción del prototipo
jerosolimitano del Templo de Salomón [...] ¿Cómo sino explicar convincentemente
el conocimiento que el rey demostró del arquetipo jerosolimitano presentado por
Villalpando, y que le sugirió la corrección y variación de varios elementos?
[...] La Idea que informó el diseño o traza
universal plasmada originalmente en El Escorial, y no cambiada en lo
fundamental, fue la "descripción que hace la Sabiduría de la Santa
Jerusalén" sugerida por el mismo Rey Felipe II a sus colaboradores,
ejecutada por mano de su primer arquitecto Juan Bautista de Toledo". [22]
Luis MOYA BLANCO (1904-1990. Arquitecto. Catedrático de Composición en la Escuela de
Arquitectura de Madrid en 1936, donde fue director entre 1963 y 1966. En 1970
pasó a enseñar Estética y Composición en la Escuela de Navarra. Académico de
Bellas Artes en 1953. Fue uno de los más firmes defensores de esta teoría).
"El edificio no es, a a los ojos de un arquitecto, consecuencia del
vitrubianismo que el Padre Sigüenza y otros atribuyen a sus autores [...] una
organización en planta que no recuerda nada a las composiciones que describe
Vitrubio, ni a las que conocemos de la Antigüedad clásica, ni menos a las del
Renacimiento italiano [...] este tipo de planta se encuentra en Siria,
realizada en varios Alcázares -Mxatta, Balkuvara, Ukhaidir- durante la alta
Edad Media, entre los siglos VII y IX probablemente (aunque algunos autores dan
fecha anterior, hacia el año 400 para Mxatta). En España, el conjunto del patio
y la sala de Comares, en la Alhambra, reproduce la composición del eje central
de estos alcázares sirios que es también la de otros más recientes repartidos
por el mundo islámico medieval. Y precisamente esa parte de la Alhambra es la
misma composición del eje central de El Escorial, y con las mismas proporciones
(en la planta) [...] Este esquema [el del Templo de Villalpando] debió ser
preparado ya desde el principio de los estudios, y por lo tanto, para
servir en el trazado de El Escorial. Puede creerse esto, con cierta seguridad
de no equivocarse, mediante el examen de las magníficas láminas que lleva la
obra [...] Parece que lo sucedido fuese esto: primero, se establecen dos
principios -que se han de mantener hasta el fin-, que son la imitación y mejora
del Templo de Salomón, y el estilo "greco-romano", o sea el
manierismo; segundo, se decide que, puesto que el Templo de Salomón está ya
mejorado y ampliado por el de la visión de Ezequiel, sea éste el que sirva de
modelo; tercero, los padres Prado y Villalpando proporcionan los datos del de
Ezequiel a un magnífico arquitecto -probablemente Juan Bautista de Toledo- para
que trace unos planos; cuarto, este arquitecto, formado en Italia, completa con
temas manieristas todo lo que falta en la descripción de Ezequiel para hacer un
verdadero proyecto [...] quinto, el proyecto de Templo Ezequiel resulta estupendo,
pero algo vacío [...] se encuentran las bases formales en la propia España:
para los cuerpos laterales, en los hospitales -tal como descubrió Zuazo-; para
el eje central, en la alberca de la Alhambra; para la decoración arquitectónica
en el sistema español de portadas superpuestas; finalmente para cada aspecto
del edificio se buscan precedentes en castillos, alcázares y monasterios
españoles." [23]
"[...] lo que les interesa concretamente a los autores de El
Escorial es el propio Templo, y ese interés tiene un fin práctico: se trata de
saber cómo fue, para hacer otro edificio mejor y más grande [...] El deseo, y
casi la necesidad, de superar la obra de Salomón, como la Nueva Ley lo hace con
la Antigua, se logró aquí, como mil años antes se había conseguido en Santa
Sofía [...] La absorción de la arquitectura del Templo de Salomón por la obra
de Felipe II no fue una metáfora, sino una realidad hecha efectiva hasta donde
alcanzaron los conocimientos sobre la arqueología del Oriente Medio, vigentes
en el siglo XVI [...] Del Templo de Salomón no se conocía nada, aparte de las
descripciones en varios lugares del Antiguo Testamento [...] No es posible, por
tanto, decidir hasta dónde se parece El Escorial al antiguo Templo. Pero sí es
notable que la organización del edificio de Felipe II reproduzca fielmente la
de varios alcázares del Oriente Medio [...] los monumentos árabes en España no
reflejan en sus conjuntos tal tipo de composición, aunque sí lo hacen en
algunas partes importantes [...] ningún precedente se encuentra para el
conjunto de la composición y su articulación [...] Podría concluirse que el
edificio muestra un estilo bíblico-oriental que se fue haciendo clásico, en
tanto que las fuentes literarias indican lo contrario: un estilo clásico que
recibió un ropaje bíblico". [24]
"Como en el Templo de Salomón, en este edificio no podía entrar
animal alguno, según explica Sigüenza con toda precisión; en consecuencia hubo
que construir el edificio de la Compaña [...] muchas veces se refiere al Templo
de Salomón como modelo que influyó en todo, hasta en la organización de los
trabajos de la construcción. Arias Montano debió tener mucha parte en este
aspecto. Las ideas de Sigüenza entrañan una contradicción que se salva
suponiendo el Templo de Salomón de estilo romano, como aparece en la
interpretación de Ezequiel según Villalpando y del Prado; dicen que Salomón,
inspirado por Dios, no podía desconocer la «verdadera arquitectura»" [25]
Pedro NAVASCUÉS (Catedrático de Historia del Arte de la Escuela de Arquitectura, en la
Universidad Politécnica de Madrid).
También cree que la mezcla de lo real y lo sagrado en torno al Rex-Sacerdos confluyen en un nuevo Templum Salomonis o Civitate Dei, apoyándose de nuevo en el Padre Sigüenza, en la
presencia de los Reyes de Judá en la fachada de la Iglesia con sus
inscripciones, en la relación de la fábrica escurialense con las
reconstrucciones, a posteriori, de su
bibliotecario Arias Montano y el alumno de Herrera, el jesuita Villalpando, con
similitudes reconocidas. [26]
"Esta obra [la de Villalpando] y la reconstrucción del Templo de
Salomón hecha por Arias Montano en la Políglota
Real (1572), fueron conocidas por Felipe II y Herrera, formando con el
proyecto del Monasterio un triángulo dentro del que se ha ido tejiendo, a lo
largo de la historia, un discurso teórico de importante calado sobre la forma,
medida y proporción del templo perfecto [...] Si se tiene en cuenta que Felipe
II costeó la edición de las obras de Arias Montano y Villalpando; que
Villalpando fue discípulo de Herrera y éste probablemente inductor de la obra
de aquél; que el gran hebraísta Benito Arias Montano fue persona muy ligada a
Felipe II y al monasterio, bien como su bibliotecario, bien como inspirador de
algunos programas iconográficos, como pudiera ser el de los Reyes de Judá en la
fachada de la iglesia; que una y otra obra incorporan , además del texto
teórico-descriptivo, unas interesantísimas láminas grabadas con plantas,
secciones y alzados del templo de Salomón, etc., puede entenderse como muy
probable que se haya producido un transvase de ideas entr aquellos modelos del
templo ideal y perfecto y el planteamiento general del monasterio escurialense,
y viceversa. Ello no quiere decir que haya que hacer depender unos de otros
sino que se convierten en telón de fondo conceptual de la empresa de Felipe II
en El Escorial." [27]
Juan Antonio RAMÍREZ
DOMÍNGUEZ (Catedrático de Historia del Arte en la
Universidad de Málaga, Salamanca y en la Autónoma de Madrid, ha desarrollado su
actividad docente e investigadora en diversas universidades españolas y
extranjeras. Gran experto en cuestiones salomónicas, especialmente en el
estudio de las evocaciones del Templo en la pintura y arquitectura).
"Dejando a un lado momentáneamente la cuestión polémica de si en el
diseño inicial del Monasterio de El Escorial existió una intención salomónica,
sí parece evidente al menos el deseo del monarca de utilizar la obra de
Villalpando como una justificación a posteriori del monasterio [...] El
paralelismo entre las láminas de El Escorial y las del Templo de Salomón tiene
muchas lecturas: la más fácil es suponer que así se presentaba al rey católico
como un nuevo Salomón. También podemos aceptar que al exhibir las diferencias
entre los dos edificios (algo mucho más palpable al emplear para ambos el mismo
sistema de representación) se acentuara la «prudencia» de Felipe II [...]
Enfatizando públicamente las diferencias entre su Monasterio y el antiguo
Templo de Salomón, el rey aumentaba su prudencia [...] no parece que el anciano
monarca se deleitara comprobando la hipotéticas semejanzas entre el Templo y el
Monasterio de El Escorial, sino más bien todo lo contrario. A estas alturas de
su reinado, después de tantos fracasos políticos y militares, la gloria de
Salomón se consideraba inalcanzable, su Templo irrepetible y la Tierra Santa
irrecuperable. Ya que no era posible ejercer como rey efectivo de Jerusalén (no
olvidemos que poseía la soberanía nominal), custodiaría con celo las llaves de
su maqueta." [28]
César RUIZ-LARREA CANGAS (Profesor de Proyectos de la Escuela de Arquitectura de Madrid,
Universidad Politécnica de Madrid).
"Estoy convencido de que ese inmenso cubo [el de la bóveda del coro]
atesora los auténticos planos del Templo de Salomón, celosamente guardados por
el rey Felipe y que por fin consiguió realizar en la desnuda serranía
madrileña. El Escorial no imita el Templo de Salomón. El Escorial lo construye
exitosamente mediado el siglo XVI merced a esa información original que
compartían el rey y su arquitecto. Es por tanto esa obsesiva búsqueda de
referencia a un modelo cuya traza proviniera de un modelo superior, orden del
universo lo que le imprime de algún modo es aconciencia." [29]
René TAYLOR (Muerto en 1997. Fue discípulo de
Wittkower en Londres y profesor de Arte en Universidades europeas y americanas.
Director del Museo de Arte de Ponce, Puerto Rico, desde 1962. Sus trabajos
sobre la contribución jesuítica al Barroco, la arquitectura de Villalpando y
los aspectos mágicos y herméticos de El Escorial son ampliamente conocidos).
"Otra cuestión que inevitablemente provoca la amistad entre
Villalpando y Juan de Herrera es la de la posible influencia de estas ideas
acerca del Templo de Salomón en la traza de El Escorial. Claro está que
Villalpando no pudo haber influido en los diseños de Juan Bautista de Toledo,
ya que éste había dado comienzo a su famosa obra años antes de emprender
Villalpando su reconstrucción. Sin embargo, se sabe que el templo, el supremo
arquetipo, llenaba mucho el pensamiento de Felipe II mientras concebía el proyecto
de edificar El Escorial. Fray José de Sigüenza lo califica de "otro Templo
de Salomón..." [...] Tal semejanza no puede ser accidental. Es probable
que ya se había intentado años antes reconstruir el templo en sus líneas
principales, pero que le cupo al jesuita elaborar el proyecto con todos sus
detalles. Sin embargo, la falta de datos concretos no permite dogmatizar sobre
esta cuestión, que por la importancia que reviste merece ser investigada a
fondo." [30]
"Generalmente, hoy se acepta que el punto de partida del diseñador o
diseñadores de El Escorial debe haber sido alguna "idea", que
proporcionó al edificio su simbolismo fundamental. No obstante, se ha estado
menos de acuerdo en lo que era precisamente esta «idea». Hace unos años, el
autor de este texto sugirió brevemente que no se trataba de otra cosa que el
Templo de Salomón [...] Existen varios indicios que parecen reforzar esta tesis
[...] la planta en ángulos rectos, la posición de la iglesia dentro del
conjunto y la presencia en la fachada de las efigies de los reyes de Israel.
Tenemos además la afirmación en este sentido del Padre Sigüenza. Se refiere a
El Escorial como «otro Templo de Salomón, al que nuestro patrón y fundador
quiso imitar en esta obra». Se ha querido restar importancia a las palabras del
fraile alegando que sólo se trata de un símil [...] La idea desde luego dista
mucho de ser nueva o insólita. El «salomonismo» fue un concepto ampliamente
difundido en aquella época [...] Battisti ha subrayado la importancia de la
figura de Salomón como el móvil simbólico de las empresas constructoras de
[Nicolás V, Sixto IV, Pío II, Paulo II y, sobre todo, Julio II. Sería sumamente
ingenuo tratar de mantener que a Felipe II no se le hubiera ocurrido
equipararse con el rey Salomón antes de 1561 [...] Existen casos bastante
inverosímiles de ello, como el de Enrique VIII una generación antes [en un
cuadro de Hans Holbein] [...] En 1571 en la edición 16ª sw la Humane Salutis Monumenta de Arias
Montano el grabador de la plancha 24 ha dado al rey Salomón los rasgos faciales
de Felipe II"
"Así como Salomón había recibido de su padre David el encargo de
erigir el Templo de Jerusalén de acuerdo con las trazas que le entregó, Felipe
recibió del suyo la encomienda de proveerle de un mausoleo propio de su preclara
estirpe. No sería exagerado decir que todo el origen de El Escorial respira
Salomonismo [...] Se puede remontar el origen de la ecuación Escorial-Templo a
por lo menos el año 1563, fecha de la colocación de la primera piedra del
monasterio. Suministra la evidencia la medalla que en ese año acuño Jacome da
Trezzo [...] es posible, por no decir probable, que también encierre una
referencia al templo de Jerusalén [...] Existía en la biblioteca de Juan de
Herrera una obra con el título de Copia
del tratado que se hizo del Templo de Salomon, manoescrito [...] Al
considerar El Escorial como una especie de trasunto o «copia» del Templo de
Jerusalén, hay que tener presente que nunca se buscó elaborar una versión fiel
o vera imago del prototipo
salomónico. EL culto a las reproducciones exactas pertenece al siglo XIX. El
siglo XVI no pensaba en esos términos. El Escorial no fue concebido como un
ejercicio teórico; debía cumplir una serie de funciones prácticas." [31]
"Aunque se suele mantener que la ecuación Templo-Escorial es algo
muy tardío, es de dudar que fuera así. Sería absurdo pensar que Felipe II, cuyo
interés por la arquitectura remontaba por lo menos a sus catorce años de edad,
desconociera estas ideas y que sólo se preocupaba por las formas de la
arquitectura y nada por su significado [...] Todo el origen de El Escorial
respira salomonismo. Así como Salomón había recibido de su padre David el
encargo de erigir el Templo de acuerdo con las trazas que le entregó, Felipe II
recibió del suyo, el emperador Carlos V, la encomienda de proveerle de un
mausoleo digno de su preclara estirpe. La semejanza entre ambos casos queda
reforzada por el hecho de que los cuatro soberanos ostentaban el título de rey
de Jerusalén". [32]
Cornelia VON DER OSTEN
SACKEN (1950-1982. Investigadora alemana, presentó
su tesis doctoral en la Universidad de Munich sobre el significado profundo de
El Escorial).
"Llama la atención que la mayoría de los cronistas recurran al
tópico de 'Felipe II, el nuevo Salomón' y 'El Escorial, el nuevo Templo Salomónico'.
No se sabe en qué año apareció este lugar común ni quién lo empleó por vez
primera, pero está presente desde las primeras crónicas conocidas; así por
ejemplo, en la 'Descripción' de Juan Alonso de Almela (1594) y en las
'Memorias' de Fray Juan de San Jerónimo (1591). Mientras que en algunos relatos
el fundador y la obra son apostrofados sencillamente como "Nuevo
Salomón", en otros encontramos comentarios prolijos. El más explícito es
aquí también José de Sigüenza que, acontinuación de la historia de la obra y de
su descripción, dedica todo un capítulo a comparar este edificio con otras
construcciones famosas, principalmente con el Templo Salomónico [...] Hay
muchos ejemplos de este tipo. Felipe II lleva el título de 'rey de Jerusalén'
[....] Los puntos de apoyo que permitieron a los contemporáneos ver al rey
español efectivamente como un nuevo Salomón podrían ser los siguientes
[resumimos]:
·
El mecenazgo de Felipe II.
·
La pasión del rey por la construcción, que
supera con creces a la de su padre.
·
La ampliación de su reino colonial a su
mayor extensión.
·
La lucha por la pureza de la fe y la
imposición de una liturgia única.
·
La ciudad de Salomón se encontraba fuera y
por encima de Jerusalén.
·
La ciudad de Salomón se encontraba aislada
del entorno.
·
El conjunto estaba divido en tres partes
(atrios, palacio real y templo).
·
El Templo Salomónico era una 'capilla del
palacio' de Salomón.
·
El Templo era centro de culto de todo
Israel.
·
Los enterramientos de los reyes judíos se
encontraban muy cerca del Templo, en las construcciones del palacio.
No se debe afirmar desde un principio que los mencionados rasgos comunes
sean propios exclusivamente de El Escorial -existen algunos 'eo ipso' entre esa
'acrópolis político-religiosa' y la ciudad de Salomón en lo relativo a su unión
de templo y palacio- ni tampoco que se trate de una idea consciente y
deliberada por parte de Felipe II [...] Las [re]construcciones del Templo de
Villalpando y Arias Montano surgieron, por así decirlo, a la vista de Felipe II
y fueron financiadas por él [...] [Las semejanzas entre el Escorial y los
alcázares de Siria] se deben al hecho de que los palacios de los omeyas, por su
parte, tienen su origen en los campamentos fortificados que los romanos
construían en sus provincias [...] En el único fresco figurativo de todos los
recintos del convento nos encontramos al rey Salomón. Las celdas, el refectorio
y la capilla del convento no tienen ninguna clase de frescos y las bóvedas de
la sacristía y de la sala capitular están decoradas con frescos únicamente
ornamentales (grutescos, rosetas y otros adornos), en el esquife de la bóveda
de la habitación del prior de la planta baja del gran claustro está
representado el juicio de Salomón [...] De la misma manera que el fundador
emula a Salomón, así también el representante elegido por el fundador, el
prior, ha de tener siempre el mismo modelo ante los ojos. También a él han de
guiarle la sabiduría y la justicia [...] Donde más claramente se ve la
intención del fundador de legitimarse como 'Nuevo Salomón' es en la 'galería de
reyes' de la fachada de la iglesia [...] En vista de que estas seis estatuas
sobre la entrada principal de la fachada occidental, aparte de la del santo
titular San Lorenzo, constituyen el único adorno figurativo del exterior de El
Escorial, hay que suponer que se les confiere gran importancia." [33]
Santiago SEBASTIÁN LÓPEZ (Licenciado en Historia de América en Sevilla y Madrid, doctorándose en
Historia del Arte en la Complutense de Madrid. Estuvo pensionado en Heidelberg
y becado en Yale. Profesor titular de las Universidades de Valle, en Cali,
Colombia, Palma de Mallorca, desde donde dirigió la revista "Traza y
Baza", tan importante en el desarrollo de la iconología en España,
Barcelona y Córdoba. Finalmente fue director del Departamento de Historia del
Arte en la Universidad de Valencia).
Sobre el fresco de Salomón y la reina de Saba en la biblioteca, en el que
ésta confiesa su interés en conocer a un hombre tan sabio, opina: "Fácil
es de suponer que semejante testimonio bíblico fue más que suficiente para
conceder a Salomón en la Antigüedad y en la Edad Media el título de mago por
excelencia y aún el de maestro del arte cabalístico. En este conjunto nos
interesa esta referencia salomónica porque viene a subrayar el papel de esta
Biblioteca como Templo de la Sabiduría [...] No podía faltar en un centro como
El Escorial, con tantas resonancias salomónicas y como vínculo importante en la
transmisión de la sabiduría que Dios reveló en el Sinaí" [34]
Nicolas WILCOX (Lagos, 1938. Graduado en historia por Oxford. Gran admirador de España,
pasa largas temporadas en la sierra de Cazorla. Ha viajado por todo el mundo
como reportero free lance y como productor de la BBC. El «best-seller» que aquí
tratamos es el típico caso de literatura pseudo-histórica que explota el
esoterismo templario del Templo de Salomón, que tanto daño hacen a nuestra
tesis del salomonismo escurialense. Debo el hallazgo de este librito a Juan
Vacas y a Rosa Collado).
"El rey Felipe II de España conoció la historia de la Mesa de
Salomón y del códice templario, y considerando que ambos le pertenecían, se
empeñó en dar con ellos. Estaba obsesionado con la idea de reproducir fielmente
el Templo de Salomón, la arquitectura sagrada, en su monasterio de El Escorial.
Durante muchos años empleó en la investigación a dos sabios jesuitas, Juan
Bautista Villalpando y Jerónimo de Prado [...] No es muy conocido que Arias
Montano perteneció a una sociedad secreta denominada «Los Hijos de Dios», una
sociedad secreta cristiana y a lo que parece ortodoxa que se interesó por los
estudios bíblicos a un nivel entonces desconocido [...] «Los Hijos de Dios»
tenían relaciones, sobre las bases de su mutuo interés en la Biblia y en el
legado del rey Salomón, con otra sociedad judía más antigua denominada «Tadea
Tecta», es decir, «Lámpara Tapada». No es seguro que Felipe II perteneciera a
«Los Hijos de Dios», pero desde luego estaba tan interesado como ellos en el
legado salomónico; este monasterio es la prueba. Su deseo era reconstruir el
Templo de Salomón a partir de Ezequiel y Verginus." [35]
GUÍA VISUAL DE PINTURA Y ARQUITECTURA (Ana Chávarri y otros, El País-Aguilar, Madrid, 1997).
"Parece inspirarse en la tradición de hospitales cruciformes, con
elementos del Renacimiento italiano y siguiendo como referente la idea que se
tenía del Templo de Salomón".
GEO (Pablo Colado y otros, G y C España
Ediciones, nº 149, p. 145, Madrid, Junio 1999).
"El monasterio es una ciudad sagrada [...] La idea de Felipe II,
registrada en los documentos fundacionales, era la de construir un recinto
sagrado, aislado del mundanal ruido, donde descansaran los restos de su padre,
el emperador. [...] Su antecedente mítico hay que buscarlo en el Templo de
Salomón".
Parecidos entre la reconstrucción del Templo de Salomón de Villalpando y
El Escorial
Por otra parte, debemos reseñar en un capítulo aparte las muchas páginas
en que se ha estudiado la posible relación con la obra de Villalpando, ya sea
por su origen común salomónico o por su parecido formal, incluso salvando la diferencia
de fechas entre ambos proyectos.
Moya creía posible la influencia por vía indirecta de las láminas del Templo
de Ezequiel de Villalpando, cuyas primeras pruebas pudieron ser contemporáneas
al monasterio. Como no parece posible que los alcázares sirios que tanto se
parecen al Monasterio fuesen conocidos por los hombres de El Escorial, Moya
explica las coincidencias por los orígenes tipológicos comunes de la
arquitectura oriental. Los principios de El Escorial estarían en la imitación
del Templo de Salomón, en su mejora y ampliación del Templo de la Visión de
Ezequiel. El autor llega a insinuar que el estupendo y desconocido arquitecto
que hizo los primeros diseños para el libro de Prado y Villalpando fuera el
propio Juan Bautista de Toledo: "En ellas se ve una arquitectura muy
interesante, sin precedente; pero que, observándola bien, puede serlo de El
Escorial, antes que en éste apareciesen las «impurezas de la realidad», y antes
también de que apareciesen los chapiteles y las pizarras" (Composición, p. 9). Pero el Monasterio
no sería un modelo ideal no construido. Mientras Prado y Villalpando estudian
un templo irreal y algo vacío, el rey, la corte y los jerónimos exponen las
necesidades de las que proviene la realidad constructiva de Toledo y Herrera.
El arquitecto Hernández León
cree que "comparada con la del Monasterio, la real o la de sus propuestas,
la relación no deja de estar limitada a un similar esquema generador, de
parecida importancia a los antecedentes tipológicos propuestos por Mor Moya o
Zuazo".
René Taylor señaló que las fachadas tienen en ambos edificios una complicada
superposición de órdenes de aire más plateresco que romano (Villalpando; ideas estéticas, p.
416-422). A los lados de la fachada, se dibujan unas logias adinteladas, que
formarían un conjunto semejante al de la fachada Sur de El Escorial con la
Galería de Convalecientes. El estilo muestra, en palabras de Taylor, una
corrección casi académica, muy lejos de las estridencias y caprichos del
manierismo inicial de Miguel Angel, Giulio Romano y Machuca. Taylor tenía claro
que Villalpando no pudo influir en los diseños de Toledo, pero ello no quitaba
que Felipe II estuviera interesado en el tema mucho antes. Incluso encuentra
parecidos formales entre las dos plantas: "Si se suprimen los tres patios
interiores del templo que miran hacia el oriente, nos quedamos virtualmente con
el plano de San Lorenzo. El lugar que ocupa el santuario del templo es el mismo
que ocupa la iglesia en el conjunto escurialense, y los patios restantes están
también dispuestos de manera casi idéntica. Tal semejanza no puede ser
accidental. Es probable que ya se había intentado años antes reconstruir el
templo en sus líneas principales, pero que le cupo al jesuita elaborar el
proyecto con todos sus detalles". En Arquitectura
y magia (p. 30) sólo señalaba que los paralelismos con el arquetipo divino
eran de naturaleza puramente simbólica: "Nunca se pretendió hacer una
transcripción literal del divino arquetipo. Por lo tanto, sería inútil buscar
en el texto bíblico una identidad de forma y dimensiones. No obstante, es
evidente que existían ciertos paralelismos y el Padre Sigüenza cita algunos de
ellos [...] La explicación más verosímil es que el parecido se debe a que ambos
proceden de la misma idea básica, modificada
en el caso de El Escorial por consideraciones prácticas".
Para Chueca, sin embargo, es
más verosímil pensar en las influencias del monasterio sobre las trazas del
Templo, que en lo contrario: "lo curioso es que el templo de Jerusalén
según lo interpreta Villalpando tiene no pocos puntos de contacto con El
Escorial, cosa no inverosímil, pues parece que el sabio jesuita pidió ayuda a
Juan de Herrera para penetrar en el laberinto de las descripciones
arquitectónicas del Profeta" (Piedra
profética, p. 19).
Fernando Checa cree también que Villalpando "pretendía reconstruir la verdadera
imagen del templo hierosolimitano, inspirándose ciertamente, y ahí están los
grabados para demostrarlo, en el edificio escurialense" (Arquitectura del Renacimiento, p. 321).
J. A. Ramírez piensa también que los diseños del jesuita están influidos por la
estética de Herrera, de quien había sido discípulo como arquitecto (Construcciones ilusorias, p. 120).
También establece un cuidadoso estudio de la representación formal del libro de
Villalpando y las «estampas» de Herrera, concluyendo con su intencionado
parecido formal en cuanto a su representación gráfica, sobre todo
"teniendo en cuenta que la primera idea no era publicar los tres inmensos
volúmenes, sino un sencillo opúsculo literario que daría breves explicaciones a
las excelentes láminas del templo (Dios,
arquitecto, pp. 28s).
Para Osten-Sacken, las dos
plantas se basan en la misma concepción ideal, que en el caso de El Escorial
está adaptada a las necesidades prácticas, aunque se encuentran similitudes más
allá de la planta: "Los dos edificios se levantan sobre altos muros de
terraplenamiento divididos por nichos de arcadas, que en El Escorial no
sobrepasan una medida realista y funcional y que, por el contrario, en Villalpando
son tres veces más altos que la propia obra; la misma sucesión monótona de
ventanas rectangulares en el piso del zócalo y en otros cuatro pisos separados
por una cornisa; en El Escorial se suprime el quinto piso debido a los tejados
de pizarra; el piso principal se continúa en Villalpando a ambos lados en
columnatas, que en El Escorial se corresponden ópticamente con la galería de
Convalecientes del Oeste. Las construcciones de cimentación sobre las que se
asienta el jardín de los monjes de El Escorial sirven en Villalpando, según se
desprende de una inscripción, para posibilitar mayores antepatios al templo
[...] elevación de las esquinas y de las "zonas articuladas" del
esquema de retícula, y el santuario o la iglesia destacando en el centro"
(Estudio iconológico, p. 127).
El parecido formal de la planta se debería según Antón Capitel al uso decidido en los dos casos del tradicional
sistema compositivo de crujías en torno a patios o claustros: "los vacíos
son los que están arquitectónicamente configurados, los que definen el espacio,
tanto planimétrica como figurativamente, los que arquitectónicamente están más
«llenos»" (Planimetría y tradición,
pp. 74s).
Kubler destaca que "Villalpando fue discípulo de Herrera, y su
reconstrucción revela la influencia de las trazas escurialenses en muchos
aspectos. No es probable que el rey conociera la obra de Prado antes de que el
jesuita partiera para Roma en 1592. A pesar de su grandiosidad, los
apocalípticos alzados y plantas del Templo realizados por Villalpando están tan
lejos de la arquitectura del Monasterio como las visiones de William Blake lo
están de los dibujos técnicos de un ingeniero" (La obra de El Escorial, p. 70).
Notas:
[1] "La concepción esotérica de San Lorenzo de El
Escorial", en El País, p. 25,
Madrid, 26 julio 1993.
[2] "El Escorial y la Torre de Babel", en Ars Longa. Cuadernos del Arte, III, pp.
20 y 27, Valencia, 1992.
[3] Monasterios reales
del Patrimonio Nacional, p. 43, Patrimonio Nacional - Lunwerg
ed., Madrid, 1988.
[4] "La construcción
ilusoria del Templo de Salomón", en ABC,
p. 151, Madrid, 31 octubre 1991
[5] Con Fernando Marías Franco: "El Escorial y la
cultura arquitectónica de su tiempo", en El Escorial en la Biblioteca Nacional, p. 119, Madrid, Ministerio
de Cultura, 1985.
[6] La Octava Maravilla
del mundo, estudio histórico sobre El Escorial de Felipe II,
pp. 636-647, Madrid, Alpuerto, 1994.
[7] "La arquitectura de Felipe II" en Felipe II y el arte de su tiempo, p.
504, Madrid, Fundación Argentaria, 1998.
[8] "Fortuna e infortunios de un edificio", en El Escorial, biografía de una época. La
historia, p. 348, Madrid, MEC, 1986.
[9] Arquitectura del
Renacimiento en España, 1488-1599, parte tercera: "El
estilo clásico, 1564-1599"; con Victor Nieto y Alfredo J. Morales, Madrid,
Cátedra, 1986.
[10] Felipe II mecenas de
las artes, pp. 14, 81, 82, 202, 208, 267, 297, 356, 363, 441, 452
y 461 Madrid, Nerea, 1992. Premio al Libro Mejor Editado en 1992 y premio
Nacional de Historia 1993
[11] Casas reales en
monasterios y conventos españoles, p. 135, Madrid, Xarait,
1982.
[12] El Escorial, piera
profética, pp. 11, 19 y 36, Madrid, Instituto de España, 1986.
[13] Historia de la arquitectura occidental, t.
V: Renacimiento, p. 271 y 277,
Madrid, Dossat, 1988.
[14] "El Escorial, símbolo de un rey y de una época",
en El Escorial, biografía de una época.
La historia, p. 15, Madrid, MEC, 1986.
[15] "Juan de Herrera, arquitecto de Felipe II", en
Arquitectura Viva, p. 84, nº 39,
Madrid, nov-dic. 1994.
[16] "Arte y Estado", en Semanario Escurialense, 289, p. 3, Madrid, 1984.
[17] "Invención y traza del Real Monasterio de San
Lorenzo de El Escorial", en El
Escorial. La arquitectura del Monasterio, p. 19-28, Madrid, COAM, 1986.
[18] Las trazas del
Monasterio de S. Lorenzo de El Escorial. Discurso del académico numerario leído
en el acto de su recepción pública, p. 66 y 95, Madrid, Real
Academia de Bellas Artes de San Fernando, 1965.
[19] Felipe de España, p.
196, Siglo XXI de España, Madrid, 1998.
[20] La obra de El
Escorial, pp. 69-70, Madrid, Alianza, 1983
[21] "Pablo
de Céspedes y la polémica Arias Montano - Del Prado y Villalpando", en Real Monasterio-Palacio de El Escorial.
Estudios inéditos en el IV Centenario de la terminación de las obras, pp.
135-156, Madrid, CSIC, 1987.
[22] "La controversia sobre la reconstrucción del Templo
de Salomón entre Arias Montano y los Jesuitas Del Prado y Villalpando". En
Fe y sabiduría. La Biblioteca, pp.
53-75, Madrid, Patrimonio Nacional, 1986.
[23] "La composición arquitectónica en El
Escorial", en Arquitectura, 56,
pp. 6-19, Madrid, COAM, ago. 1963.
[24] "Caracteres peculiares de la composición
arquitectónica de El Escorial", en El
Escorial, I, pp. 155-180, Madrid, Patrimonio Nacional, 1963.
[25] "Centenario de El Escorial", en Ideas y diseño. La Arquitectura, pp.
13-22, Madrid, MOPU, 1986.
[26] Monasterios de España, I,
pp. 107 y 115, Madrid, Espasa Calpe, 1991.
[27] El Real Monasterio de
San Lorenzo de El Escorial, Madrid, Lunwerg, dic. 1994). En este
libro, publicado pocos meses después de la lectura de mi tesis (perteneció al
tribunal que la juzgó) matizó su tesis anterior, dedicándole un capítulo
completo: «La iglesia, nuevo Templo de Salomón» (pp. 36-42), aunque negando un
posible parentesco formal, que reduce al terreno de las ideas.
[28] Dios, arquitecto,
pp. 27s y 224s, Madrid, Siruela, 1994.
[29] "Críticas y críticos 400 años después. A modo de
presentación", en El Escorial. La
arquitectura del Monasterio, p. 6, Madrid, COAM, 1986.
[30] "El padre Villalpando (1552-1608) y sus ideas
estéticas. Homenaje en su cuarto centenario", en Academia. Anales y Boletín de la R.A.B.A. de San Fernando, 3ª ep.,
vol. I, p. 421, Madrid, 1952.
[31] "Architecture and magic. Considerations to the Idea
of the Escorial". En Essays on the
History of Architecture, presented to Rudolf Wittkower, Londres, Phaidon,
1967; ed. esp. "Arquitectura y magia. Consideraciones sobre la idea de El
Escorial", en Traza y Baza, 6,
pp. 5-62, Barcelona, 1976. Ed. post. Madrid, Siruela, 1992.
[32] Dios, arquitecto, J.
B. Villalpando y el Templo de Salomón, p. 208, n. 67; ed. J.A.
Ramírez, con otros autores, Madrid, Siruela, 1991.
[33] San Lorenzo el Real
de El Escorial. Studien zur Baugeschichte und Ikonologie,
1979; El Escorial. Estudio iconológico,
pp. 119-136, Madrid, Xarait, 1984.
[34] "El Escorial como Palacio emblemático", en Real Monasterio-Palacio de El Escorial.
Estudios inéditos en el IV Centenario de la terminación de las obras, pp.
101-102, Madrid, CSIC, 1987.
[35] La lápida templaria, p.
283 y 378, Planeta, Madrid, 1997. Ed. org. The
Templar Stone, 1996.
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