Complementando la anterior entrada de Daniel Frot se traen aquí dos fragmentos de correspondencia entre Julius Évola y René Guénon sobre la Masonería. Ambos textos están recogidos del segundo volumen del Epistolario. Fragmentos de correspondencia, 1910-1950, publicado por la revista Letra y Espíritu (A. C. Meru) en 2009.
«[...] Cuando hablo de
la Masonería sin especificar, me refiero a la Masonería propiamente dicha, que
comprende exclusivamente los tres grados de Aprendiz, Compañero y Maestro, a
los cuales se pueden solamente añadir los grados ingleses de Mark y Royal Arch,
grados totalmente desconocidos en la Masonería "continental". En
cuanto a la multiplicidad de grados a la que alude, es evidente que las
conexiones que se han querido establecer entre ellos son del todo artificiales.
Cualquiera que sea el modo por el que han llegado, por así decir, a
injertarse en torno a la Masonería, no forman parte integrante de ella. Otro
punto sobre el que querría atraer su atención es que cuando dice que las logias
que no se han adherido al "cisma" (que dio origen a la Masonería
politizada e ideológica) no han hecho nada para detener o rectificar sus
consecuencias, parece que no tienen en cuenta cosas de cierta importancia, como
el restablecimiento del grado de Maestro, del todo ignorado por la Masonería de
1717, o la acción de la "Gran Logia de los Antiguos", cuya existencia
independientemente continuó hasta 1813. Tengo la impresión que tiene únicamente
en cuenta aquello en lo que se ha convertido la Masonería a partir de cierto
periodo de Francia y en Italia y que no conoce todo lo referente a la Masonería
anglosajona» René Guénon, fragmento de carta a Julius Evola de 13 de Junio de
1949.
«[...] Sobre el
problema de la Masonería creo que es muy difícil entendernos. En lo que me dice
al respecto hay algunas cosas que en cierto modo me dejan perplejo.
Primeramente, me hace decir (sin ninguna restricción, mientas que yo he
precisado he precisado que se trataba sólo de Occidente) que las únicas
organizaciones iniciáticas existentes son el Compañerazgo y la Masonería.
Parece que no tiene en cuenta las organizaciones iniciáticas orientales
existentes, algunas de las cuales tienen miembros más o menos numerosos en la misma Europa. Otro punto: he
dicho que en el mismo mundo occidental subsisten (además de la Masonería)
ciertas organizaciones vinculadas con el esoterismo cristiano y procedentes del
Medioevo. No he insistido sobre ellas porque son tan cerradas que la
posibilidad de ser admitidos allí está prácticamente fuera de lugar (...). La
fecha de 1717 no señala el origen de la Masonería, sino de su degeneración, lo
que es muy distinto. Por otro lado, para poder hablar de la utilización de
"residuos psíquicos" (de vestigios) en aquel periodo, habría que
suponer que la Masonería operativa hubiese por entonces cesado de existir, cosa
que no es cierta, porque existe todavía en diversos países, mientras que en
Inglaterra en 1717 y 1813 interviene eficazmente para completar ciertas cosas y
regular otras, al menos en la medida en que ello era posible en una Masonería
reducida a no ser más que especulativa... Por otra parte, cuando hay una
filiación regular y legítima la degeneración no interrumpe la transmisión iniciática,
ésta reduce solamente su eficacia, al menos en general, porque a pesar de todo
puede haber excepciones. En cuanto a la acción anti-tradicional de la Masonería
de la que habla, habría que hacer algunas diferenciaciones, por ejemplo, entre
la Masonería anglosajona y la latina, pero, en todo caso, ello sólo demuestra
la incomprensión de los miembros de una u otra organización masónica: pura
cuestión de hecho, y no de principio. En el fondo, lo que podría decir es que
la Masonería ha sido víctima de infiltraciones del espíritu moderno, como en el
orden exotérico la misma Iglesia católica lo es actualmente, y cada vez más.
Entiéndase bien, no quiero buscar convencer a nadie, sino sólo mostrarle que el
problema es bastante más complejo que cuanto parece creer» René Guénon,
fragmento de carta a Julius Evola de 20 de Julio de 1949.
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