Jean-Baptiste Willermoz |
Capítulo XV de Réflexions d'un Chretien sur la Franc-Maçonnerie. "L'Arche vivante des Symboles", 1995, Éditions Traditionnelles, París.
El personaje
Willermoz, es célebre en la historia de la Masonería en el siglo XVIII. Fundó un Rito, el
Rito Escocés Rectificado, muy expandido en Suiza y en Francia.
Este Rito se
vanagloria de ser heredero de los “Elegidos Cohen
del Universo” y también, en cierta forma, un heredero privilegiado de la Orden del Temple. Contra
estas dos pretensiones, René Guénon se ha alzado en varias ocasiones, y éste es
el motivo por el que vamos a entrar en ciertos detalles a este respecto.
En lo
referente a la “posteridad de los Elegidos Cohen”,
no se plantea ningún problema; en efecto, los Elegidos Cohen mueren sin dejar
posteridad alguna. Su último “Gran Soberano”, Sebastián de las Casas, “abdicó”
en 1780 sin designar sucesor. Y si hubiera designado alguno, ciertamente no se
hubiera tratado de Willermoz o uno de sus amigos. Escuchemos al excelente
historiador de los Elegidos Cohen, René Le Forestier:
“Un solo punto de las últimas instrucciones del Gran Soberano antes de
abdicar, el nombre del sistema para convertirse en fidei -comisario de la
Orden expirante-, traicionaba el rencor que había inspirado a
los Elegidos Cohen, la victoriosa concurrencia hecha a su asociación, por los Caballeros Bienhechores. Savalette de
Langes, entre las manos de quien, Las Casas, invitaba a sus subordinados a
depositar los paquetes sellados que contenían sus papeles, era Presidente y
Conservador de los Archivos del Régimen de los Filaletas, asociación masónica (...) entroncada en 1733 sobre la Logia parisina “Los Amigos
Reunidos”, que acababa de dirigir contra la Reforma de Lyon[1] una violenta campaña. Las
negociaciones de Willermoz con la Estricta Observancia
alemana, habían suscitado un vivo movimiento de protesta por parte de muchos
Masones franceses (...). Los Filaletas (...) se convirtieron en ardorosos
intérpretes[2] de esta oposición (...), para hacerse con un arma contra los
Caballeros Bienhechores, que les disputaban la supremacía en los diversos Consejos
del Gran Oriente (...). Confiándoles los archivos de la Orden , los Elegidos Cohen
infringieron a sus antiguos Hermanos la afrenta más hiriente[3].
Las instrucciones de Las Casas, fueron ejecutas a lo largo de 1781.
Savalette de Langes, recibió (...) la correspondencia, los planes mensuales,
los catecismos y ceremonias de los diversos grados, los planes anuales, los
cuadros con sus invocaciones, las explicaciones generales y secretas (...). La Orden de los Elegidos Cohen
dejaba de existir[4]”.
Creemos que la
causa se ha entendido. Lo que Las Casas ha transmitido a los Filaletas -puede
que no muy “cualificados”, para recibir un depósito así-, no es más que una
documentación inutilizable; y, de hecho, después de esta época, ningún Masón ha
practicado jamás los especiales ritos de los Elegidos Cohen: la invocación
diaria, la invocación de los tres días en Luna Nueva, las Operaciones de
equinoccios precedidas de una rigurosa “cuarentena”. Así, la tentativa, tan
interesante en varios aspectos, de volver de nuevo a la Masonería “operativa”,
injertando, en el viejo tronco masónico, las enseñanzas y ritos de origen,
probablemente, sefardita, esta tentativa se ha extinguido; y podemos decir, con
René Guénon: el Régimen Escocés Rectificado, no procede, en ningún aspecto, de la Orden de los Elegidos Cohen.
Tal es, en efecto, la conclusión del largo artículo, titulado: “El Enigma de
Martinès de Pasqually[5].
¿Y la herencia
templaría? Aquí, René Guénon, es también muy claro: “El Régimen Rectificado no es
en absoluto ‘Masonería Templaría’,...
porque, muy al contrario, uno de los puntos principales de la ‘rectificación’,
consistía, precisamente, en repudiar el origen templario de la Masonería”[6].
Si es grave
tenerse por lo que no se es, pretendiéndose heredero de los Elegidos Cohen, y
si es lamentable renunciar, por parte de los Masones regulares, a una herencia
reivindicada por la
Masonería al completo, todo eso no es más una parte de los
reproches que pueden dirigirse a Willermoz. No queriendo hacer creer que
profesamos respecto al fundador del Rito Rectificado una animosidad particular,
tomaremos las informaciones de autores muy diversos entre sí, y que antaño se
encontraban entre los colaboradores de la revista Le Symbolisme, en la época en que estaba bajo la inspiración de J.
Corneloup y Marius Lepage.
En el número
de octubre-diciembre de 1968, Jean Chardons, ha tratado sobre “La Regla moral del Régimen Rectificado”.
Promulgada en el Convento de Wilhelmsbad, ha sido compuesta por el barón de
Türckheim, gran amigo de Willlermoz. ¿Qué decir de esta Regla? Los extractos
que da Chardons no sobrepasan el nivel exotérico. Y, sin embrago, la moral,
como los demás elementos de la religión, podría y debería ser transpuesta a una
perspectiva verdaderamente esotérica. Chardons destaca justamente el estilo
grandilocuente e incluso ampuloso (y teñido a menudo con una especie de
sentimentalismo rousseauniano). Por nuestra parte, pensamos que, si una Regla
moral debería ser comunicada durante la iniciación de un Aprendiz Masón, sería
preferible haber acudido a uno de esos Códigos masónicos, que Camile Savoire
-ilustre Masón del Rito Rectificado- ha insertado en sus Regards sur les Temples de la Franc-Maçonnerie. Esos dos códigos tienen al menos la ventaja de ser de una
brevedad que recuerda la del Decálogo.
Pero la más
grave de todas las innovaciones de Willlermoz -no solamente porque testimonia
una increíble incomprensión del simbolismo masónico y hasta de la simple
doctrina cristiana, sino, sobre todo, pensamos, porque se operó bajo influencias
psíquicas por lo menos... inquietantes- es, evidentemente, la substitución, en
el ritual, de la palabra “Tubalcaín” por la de “Phaleg”. En Le Symbolisme de octubre-diciembre de
1966, se puede leer a este respecto, un interesante artículo firmado por
“Ostabat”. El autor, nos dice la presentación, es un joven Masón del Rito
Escocés Rectificado. Él explica cómo, en 1785, el Directorio Escocés
Rectificado de la provincia de Auvernia (residente en Lyón), a propuesta de
Willermoz, decidió esta modificación, con los considerandos más severos. “Habéis
tomado como palabra de reunión el nombre de un agente diabólico, aquel mismo
que os conduce a todos los vicios carnales. Vuestra ignorancia procede de lo
que era ese nombre en la iniciación egipcia, etc...”. Willermoz obró a
instigación de un “Agente Desconocido”, que hoy en día se sabe que fue Marie-Louise
de Valière, canonesa de Remiremont, y hermana del comendador de Monspey. Esta
crisíaca[7], como decían por entonces, enviaba a la “Logia Elegida y Querida”
(“La Bienfaisance –Beneficencia-” de Lyón) y a
Willermoz, abundantes cuadernos, obtenidos por “escritura automática”.
Willermoz comunicaba las decisiones de Lyón a la Logias alemanas de la
“correspondencia” rectificada, pero éstas rechazaron aplicar la innovación. Al
cabo de unos meses, Willermoz dejó por lo demás al Agente y sus pretensiones de
operar “la reforma de todas las sociedades masónicas y de todas la religiones
humanas”. Los miembros más serios de “La Bienfaisance ” se
separaron. En vísperas de la
Revolución , el crédito de la ambiciosa sonámbula estaba
arruinado. Pero “ocurre, dice Ostabat, que la alteración del ritual rectificado
no fue abolida, aunque su fuente se reputaba como carente de autoridad, y que todavía
subsiste hoy en día, testimonio de los tiempos de ilusiones en los que algunos de
los Hermanos más ilustres se abandonaron, cuando tenían a su puerta la tormenta
que iba a arruinar a la Orden ,
a los prestigios que el Salmista denomina ‘fantasmas de la noche’”. El autor
siente que, detrás de este “funesto extravío”, debía haber algo que no era
accesible a la simple erudición, y piensa que no sería inútil “reexaminar la
historia bajo esta perspectiva”.
Willermoz, en
efecto, fue constantemente objeto de tentativas muy sospechosas por parte de
sonámbulas de las que la más importante es Gilberte Rochette, pero cuya
autoridad fue arruinada por la intervención del “Agente Desconocido”, la
canonesa de Valiere. Hay que leer en la obra de Alice Joly, que expone toda la
historia de Willermoz[8], las inverosímiles peripecias que marcan las
relaciones del fundador del Rito Rectificado con sus pretendidas intérpretes de
las voluntades del Cielo. Y, por otra parte, basta con abrir el Livre des Initiés (Libro de los Iniciados),
donde Willermoz consignaba, al uso de los Nodo
Raabs[9] de la “Logia Elegida y Querida”, los vaticinios de la canonesa
inspirada para conocer las verdaderas razones de la sustitución. ¡Y las hay
buenas! “Tubalcaín es el padre de todas las abominaciones..., culpable de las
más vergonzosas prevaricaciones en vía carnal”. Esto ya es bastante grave. Pero
hay algo peor. “Él habría podido, por su arrepentimiento, detener el curso de
estos males; pero arrastrado por su propia concupiscencia, él évia los ángeles malvados en mujeres.
Tal es el crimen que corrompe toda carne. ¡Oh abismo de horror!” ¡He aquí por qué
todo va tan mal por el mundo! La familia Tubalcaín era además atroz. “Tubalcaín
voulia los metales, y, su hermana,
Noéma, voulia los animales”. Parece,
pues, que en el espíritu de la buena canonesa, un poco... atormentado por la
sexualidad, los crímenes de Tubalcaín y de Noéma, se han confundido, a veces,
con la “falta” de Adán y Eva, pues expresiones similares son empleadas para la
caída del primer hombre: “Osó, este ser salido del ser mismo, atribuirse la
producción. Voulia sus puros ornos, que tenía en su séos, etc...”. Huyamos rápidamente de
estas tristezas hacia horizontes más consoladores. ¿Queremos conocer las
verdaderas razones de “la elección de Phaleg”? “Willermoz imponía a las Logias
rectificadas que seguían su dirección, el adoptar la palabra “Phaleg”, porque
el Agente enseñaba que, el hijo de Héber (Phaleg) fue el primer instructor de la Masonería , siendo el
segundo Salomón y el tercero, él mismo”, es decir, la Agente-canonesa. Y
no olvidemos que escribiendo esas altas revelaciones, el Agente Desconocido
veía su pluma “enrojecer con la sangre de Jesucristo”. Alice Joly, de quien se
han tomado estas citas, piensa que el Agente se tomaba verdaderamente por una “nueva
encarnación” de María, la nueva encarnación de Cristo debiendo producirse entre
los Nodo Raabs. Sigamos prestando
atención al oráculo canonesco: “Igual que los profetas fueron dados a al nación
elegida para ser su luz, son hoy en día los verdaderos Masones Rectificados
quienes son llamados a formar el nuevo Templo escogido. Es una Gran Obra, que
acaba de eclosionar y que parece que nunca deberá acabar. ¿Cómo los
canónigos-Condes de la primacial Saint-Jean, que se presentaban prietas las
filas en las columnas de la
Logia Elegida o Querida (es así como el Agente llamaba a “La Beneficencia ” de Lyón)
acogían la audaz exégesis y la teología sensacionalista, de su colega en canonicato?
Bien parece que esos personajes triplemente venerables se hayan quedado en la
circunstancia, como dicen las Escrituras, como “perros mudos”. En cuanto a
Willermoz, pensando en los espléndidos destinos prometidos a su Logia, se
sentía ganado por el santo delirio de la canonesa, y, poseído por una especie
de furor sagrado, proponía, simplemente, “quemar todos los libros y todas las
historias de concilios (sic)”, que,
evidentemente, ya no tenían objeto alguno. No estamos inventando nada. Es el
barón de Türkheim quien relata la cosa al duque de Brunswick, en una carta de
1787. Ostabat no se equivocó al hablar de “funesto extravío” y de evocar
ciertos “prestigios”. Sería rendir buen servicio al Rito Rectificado y también
a la memoria de Willermoz el trabajar en colmar las “fisuras”, empezando por la
de última fecha, la relacionada con “Tubalcaín”.
Otro artículo
de Le Symbolisme asegura que las
excentricidades de Willermoz han hecho al Rito Rectificado más sospechoso para
las autoridades religiosas católicas que los demás ritos masónicos. Así lo
creemos sin dificultad ninguna. Pero debemos añadir que, desde hace algún
tiempo, este Rito ha hecho loables esfuerzos para acercarse a otros herederos
de la Estricta
Observancia , es decir al Rito Sueco y lo que puede subsistir
en Alemania del Rito de Zinnendorf, así como los grados de Knight Templar de Inglaterra y de Estados Unidos. En suma, el
Rectificado querría “recuperar” la herencia templaria. Ello no es imposible,
pero hace falta un auténtico “trabajo de Hércules”. Habría, en efecto, que
empezar por eliminar las innovaciones debidas a la desbordada imaginación de
una religiosa sin vocación, víctima totalmente designada para los “fantasmas de
la noche”. Hecho eso, es evidente que, de la obra personal de Willermoz y de los
famosos ritos escritos por su mano, no quedaría nada, o, al menos, no gran
cosa.
Notas:
[1] Es decir, la “rectificación” operada por Willermoz en el Convento de las Galias en 1778.
[2] El “especialista”, por así decirlo, de esta oposición a Willermoz, era el marqués de Chefdebien, Comisario de los archivos de los Filaletas, y que pertenecía también a la Estricta Observancia, donde tenía el nombre de Franciscus, Eques a Capite Galeato.
[3] Para entender bien esta frase, hay que saber que, los Filaletas, en su mayoría, eran totalmente extraños a los Elegidos Cohen, mientras que los Caballeros Bienhechores contaban con un gran número de estos Elegidos, habiendo sido Willermoz uno de los discípulos predilectos de Martinès de Pasqually.
[4] La Franc-Maçonnerie occultiste dans le XVIIIe siècle et l´Ordre des Élus Coëns, págs. 517 y 518.
[5] Este texto, ha sido insertado en los Études sur la Franc-Maçonnerie et le Compagnonnage, tomo I.
[6] Ibid, pág. 141
[7] Dentro de la jerga especial del magnetismo animal, sonambulismo artificial o mesmerismo del siglo XVIII, y del posterior espiritismo, se denomina «crisíaca», en francés «crisiaque», a aquella persona que se halla bajo un estado de crisis producida por la acción magnética. Dicho estado es espontáneo y de sobreexcitación nerviosa, presumiendo los adherentes a estas doctrinas que tales personas poseen en dicho estado cierta lucidez sonambúlica (N. del T.)
[8] Un Mystique Lyonnais et les secrets de la Franc-Maçonnerie (1730-1824).
[9] En este pasaje, hemos puesto en cursiva los términos propios del vocabulario, como mínimo inepto, de la canonesa. Al principio, Willermoz pasaba las noches, preguntándose lo que podían significar estas palabras tan descabelladas. Acabó por solicitar la ayuda de su Egeria de pacotilla, que no lograba más que parcialmente la elucidación del sentido de lo que escribía bajo “influencias psíquicas” un poco malsanas. (N. del T.: Como es obvio, tales palabras carecen de traducción al español).
Te invito a leer la respuesta a este artículo en mi blog: http://www.masoneriacristiana.net/2012/06/las-teorias-erroneas-de-rene-guenon.html
ResponderEliminarQuerido Hermano, agradeciéndote tu atención así como la invitación que nos haces, a nuestra vez también quisiéramos invitarte a permanecer atento a las próximas entradas que serán publicadas en sucesivos días con relación a los aspectos problemáticos del Rito Escocés Rectificado, así como a dar cumplida respuesta a los calificativos y críticas dirigidas por Jean Marc Vivenza contra la obra y la persona de René Guénon. KEYSTONE
Eliminar¿Es tradicional el Rito Escocés Rectificado?; por Patrick Geay
Eliminarhttp://caputanguli.blogspot.com.es/2012/06/es-tradicional-el-rito-escoces.html
"René Guénon y el Rito Escocés Rectificado" de Jean-Marc Vivenza; reseñado por André Bachelet.
Eliminarhttp://caputanguli.blogspot.com.es/2012/07/rene-guenon-y-el-rito-escoces.html