Misal Romano. Niccolo di Giacomo, s. XIV |
Oremos.- Concédenos te rogamos, oh Dios omnipotente, que cuantos reconocemos a los gloriosos Mártires esforzados en su confesión de la fe, los sintamos piadosos en interceder por nosotros delante de ti. Por N. S. J. C.
Secreta.- Benedictio tua, Domine, larga descendat: quae et munera nostra, de precantibus sanctis Martyribus tuis, tibi reddat accepta, et nobis sacramentum redemptionis efficiat. Per Dominum.
Secreta.- Descienda, Señor, copiosa tu bendición: la cual, por intercesión de tus santos Mártires, te haga aceptos nuestros presentes, y nos los convierta en sacramento de redención. Por N. S. J. C.
Postcomunion.- Caelestibus refecti sacramentis et gaudiis: supplices te, Domine, deprecamur; ut quorum gloriamur triumphis, protegaur auxilis. Per Dominum.
Poscomunión.- Alimentados con los sacramentos y delicias celestiales, te rogamos humildemente, Señor, que seamos protegidos por el auxilio de los Santos, de cuyo triunfo nos gloriamos. Por N. S. J. C.
«Oremos a Dios omnipotente y su madre María, a fin de que podamos seguir estos artículos y los puntos, todos juntos, como hicieron los cuatro santos mártires, que en este oficio tuvieron gran estima. Fueron ellos tan buenos masones como pueda hallarse sobre la tierra, escultores e imagineros también eran, por ser de los obreros los mejores, y en gran estima el emperador los tenía; deseó éste que hicieran una estatua que en su honor se venerara; tales monumentos en su tiempo poseía para desviar al pueblo de la ley de Cristo.
Pero ellos firmes permanecieron en la ley de Cristo, y sin compromisos en su oficio; amaban bien a Dios y a su enseñanza, y se habían volcado a su servicio para siempre. En aquel tiempo fueron hombres de verdad, y rectamente vivieron en la ley de Dios; ídolos se negaron a erigir, y por muchos beneficios que pudieran reunir; no tomaron a este ídolo por su Dios y rechazaron su construcción, pese a su cólera; por no renegar de su verdadera fe y creer en su falsa ley, sin demora el emperador los hizo detener, y en una profunda cárcel los encerró; cuanto más cruelmente los castigaba, más en la gracia de Dios se regocijaban.
Viendo entonces que nada podía les dejo ir a la muerte; quien lo desee, en el libro puede leer de la leyenda de los santos, los nombres de los Cuatro Coronados. Su fiesta es bien conocida por todos, el octavo día tras Todos los Santos.» Leyenda Dorada, Jacobo de la Vorágine.
«En el nombre de Dios, Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y Santa María, madre de Dios, de sus bienaventurados santos servidores, los cuatro santos coronados de eterna memoria, consideramos que para conservar la amistad unión y obediencia, fundamento de todo bien, de toda utilidad y provecho para todos, príncipes, condes, señores, localidades y conventos, en el presente y en el futuro, Iglesias, edificios de piedra o construcciones, debemos constituir una comunidad fraternal». Estatutos de
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