Solo el que tenga una fe inquebrantable puede
blandir la espada, forjada en el centro supremo, contra el gigante sin que se
rompa. Sólo puede empuñarla legítimamente aquél capaz de caminar sobre las
aguas. [1]
Casi siempre está en relación con el golpe doloroso.
[2]
El poder de soldar la espada rota es prueba de haber
alcanzado el estado primordial. [3]
El motivo de la doble espada muestra la
insuficiencia de la mera fuerza heroica: la primera espada, la que Parsifal
suele llevar consigo, o ha conquistado en las aventuras preliminares,
corresponde a las virtudes puramente guerreras probadas debidamente. La
segunda, en Wolfram, Parsifal la obtiene sólo en el castillo del Grial, siendo
aquel de quien todos esperaban que «hiciese la pregunta»: se asimila al propio
Grial. [4]
De esta segunda espada dice Sigune a Parsifal: «Si conoces sus virtudes secretas, puedes
afrontar sin miedo cualquier combate». Puede romperse y entonces, para
soldarla, es necesario recurrir a las aguas de la «Fuente» (punto en el que la
fuerza vivificante brota de su estado elemental). El objetivo último de la
búsqueda, la «alta gloria» y la suprema dignidad, son alcanzadas cuando al
empuñar la espada o al soldarla la conducen inmediatamente «a hacer la
pregunta». Aquél que obtiene o suelda la espada está cualificado para resucitar
al «rey», para restaurar el reino devastado y desierto. [5]
Ritualmente, la espada del masón puede jugar el
mismo papel que la de Alejandro cuando corta el «nudo gordiano», en relación
con el «nudo vital» o punto de unión de los elementos constitutivos de todo
compuesto. Esto está en relación con el doble poder del rayo. [6] (ver Mallete)
La espada del jatib
(predicador) musulmán, habitualmente de madera, simboliza el doble poder
creador y destructor de la palabra.
En la India se considera nacida del vajra (rayo), aunque también se asimila
al rayo solar. [7]
Su simbolismo axial lleva a la idea de armonización;
así la espada no representa sólo el medio instrumental, sino también el fin
mismo que se persigue. [8]
La punta de la espada toca el pecho a la altura
del corazón cuando el candidato acaba de franquear recinto exterior de la
Logia; la espada, prolongación física de la Luz que encarna el iniciado que la
sostiene, toca de lleno el corazón del candidato. De algún modo se empieza a «activar»
este centro, tras una primera purificación. [9]
Los Masones presentes en el rito de iniciación se
armarán con sus espadas justo antes de la entrada del candidato, pero
especialmente antes del «toque del corazón» por el Experto. También lo harán
cuando el candidato preste sus dos juramentos con la punta del compás señalando
el corazón. [10]
Los Masones están justificados por las Escrituras
para llevar espada: según El Perfecto Masón (1744), los Maestros Escoceses del
cuarto grado llevan espada por la cita de Nehemías IV, 12: «en cuanto a aquellos que construían, cada
uno construía con una espada ceñida a sus riñones». [11]
En la India (A. K. Coomaraswamy) se considera que
la espada deriva del relámpago, del rayo (vajra)
del Dios Indra. Puede tener también un simbolismo axial, al igual que el vajra ritual que utilizan los lamas
tibetanos, y se puede recordar que en el budismo el trono de diamente (vajra significa tanto diamante como
rayo) del Buda está situado en el mismo centro de la rueda del mundo, único punto
inmóvil en el que se concilian los contrarios, el Invariable Medio chino, lugar
del éter que origina los cuatro elementos. En este punto, la cámara del Medio,
donde ha de residir todo Maestro Masón, lugar en el que toda errancia ha
desaparecido.
En al Apocalipsis (I, 16; XIX, 15) se identifica
al Verbo divino, recogiendo con su doble filo el simbolismo del doble poder
creador y destructor de la palabra.
Así pues, la espada es símbolo del Verbo,
vehiculado por el éter, y del fuego (Dom Pernéty señala que la espada es el
fuego de los filósofos). Reunión de los simbolismos de la luz (rayo) y el
sonido (Verbo). [12]
Su presencia en los rituales masónicos franceses
(especialmente en la consagración) contrasta con la ausencia en los ingleses.
Es éste un elementos que remonta directamente a una fuente operativa muy
anterior a 1717. [13]
Notas:
[1] Julius Evola, El Misterio del Grial, José J. Olañeta, Editor, 1997, Palma de
Mallorca, p. 106-107.
[2] Idem,
p. 107.
[3] Idem,
p. 108-109.
[4] Idem,
p. 133.
[5] René Guénon, Símbolos Fundamentales de la Ciencia Sagrada, EUDEBA, 1988, pp.
134-136.
[6] Idem,
caps. XXV y XXVI; René Guénon, Études sur
la Francmaçonnerie et le Compagnonnage I, Éditions Traditionnelles, 1995,
Paris, cap. I.
[7] Julius Evola, El Misterio del Grial, cap. XXVII.
[8] Idem.
[9] Philippe Langlet, Des Rits maçonniques (I), Éditions Dervy, Paris, 2004, p. 149.
[10] Idem,
p. 150.
[11]Jean Pierre
Schnetzler, La Francmaçonnerie comme voie
spirituelle, Éditons Dervy, 1999, p. 138.
[12] Idem, pp. 204-205.
[13] Idem,
p. 205.
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