jueves, 22 de octubre de 2015

Número 38 de la Revista Letra y Espíritu

La Revista Letra y Espíritu continúa en el número 38 de Junio de 2015 publicando interesantes artículos orientativos sobre la siempre ardua búsqueda de o en la vía iniciática. En esta ocasión tratan especialmente el papel del discernimiento que cobra una importancia fundamental a la hora de cómo entender y tratar “lo mental”. Ofrecemos a continuación el editorial de dicho número:

El presente número se encuentra centrado sobre el papel que desempeña la discriminación en el recorrido iniciático. Esta cuestión, capital para entender correctamente el lugar que corresponde al elemento “mental” del hombre, tendrá todavía un ulterior desarrollo en el próximo número de la revista.

La cuestión la abre, como viene siendo habitual últimamente, nuestro colaborador Albano Martin de la Scala. En una breve exposición nos describe clara y sintéticamente la función y limitaciones del discernimiento.

Inmediatamente después continuamos con el capítulo XXXII de las Consideraciones sobre la Iniciación, titulado Los límites del mental, texto clave en la cuestión que abordamos.

Le sigue uno de los textos más conocidos de Platón, el mito de la Caverna, en el que se percibe gráficamente la diferencia existente entre el conocimiento racional y el conocimiento intelectual.

De la tradición judía tomamos un extracto de la Guía de Perplejos que afecta al tema de este número, libro que pese a su título, presenta claras connotaciones iniciáticas y, aunque de un orden ya más exterior, extractos de los Pirqe Avot, recopilación de dichos y sentencias de los rabinos de la época de la Michna (S.II).

El Poeta Supremo, en su Convivio del que reproducimos un fragmento, nos presenta un esbozo del recorrido que sigue el iniciado y del papel que corresponde a la “razón” en este trayecto.

De la tradición islámica nos llegan las líneas escritas por el Sheikh al-Akbar acerca de la Sabiduría del profeta Elías, donde se abordan las relaciones entre especulación e intelecto.

Habituales también en nuestra revista, los escritos de los Padres Taoístas con su sencillez y profundidad ponen el contrapunto extremooriental a la cuestión.


Finalmente, cierra estas páginas una breve pero ilustrativa fabula de la tradición popular europea.

miércoles, 21 de octubre de 2015

Número 37 de la Revista Letra y Espíritu

  La Revista Letra y Espíritu viene publicando una serie de artículos de gran interés sobre la vocación y la intención que ha de guiar toda búsqueda iniciática. En el número 37 de Diciembre de 2014 se continúa con la serie, tratando en esta ocasión la tríada Destino, Voluntad y Providencia, pero puesta en relación con la Fe como virtud que unifica los principios intelectivos y volitivos en el hombre poniéndoles en comunión con la Providencia. Ofrecemos a continuación el Editorial de dicho número.


En este número ponemos nuestra atención sobre una virtud que, menospreciada y olvidada, se revela no obstante como una de las cualificaciones iniciáticas más importantes. Nos referimos a la Fe y, en particular, a la Fe en relación con la Voluntad humana.

Albano Martín de la Scala nos presenta un notable estudio acerca de esta relación y su conexión con un símbolo bien conocido en Occidente, pero del que pocos sospechan su profundidad.

René Guénon, en el texto siguiente, nos ilustra acerca de la posición central propia del hombre realizado, culminación del proceso descrito en el artículo anterior, sirviéndose de las tradiciones masónica y extremo-oriental fundamentalmente. Reproducimos después, por su claridad e interés práctico, un breve fragmento de Les Vers Dorés de Pythagore comentados por Fabre d‘Olivet.

El siguiente texto es una recopilación de comentarios sobre otros de los Versos de Oro de Pitágoras, pero realizados esta vez por Hierocles, que entendemos igualmente ilustrativos.

El artículo de J. A. M. M., desde la perspectiva cristiana, aborda la consideración de la Fe: definición e importancia para los primeros Padres de la Iglesia.

A continuación, un texto atribuido a Ibn ‘Arabî que se revela fundamental para comprender bien la consideración que la Fe tiene en el Islam desde una perspectiva iniciática.

Por último, recogemos el punto de vista hermético reproduciendo algunos textos en los que se explica el papel de la Providencia, la Voluntad y el Destino.


lunes, 12 de octubre de 2015

Los historiadores modernos ante las semejanzas entre el templo de Jerusalén y El Escorial; por Juan Rafael Cuadra

Los Reyes David y Salomón en el Patio de Reyes del Monasterio de El Escorial
Las semejanzas entre el Templo de Salomón y el Monasterio de El Escorial no sólo han sido tratadas por los cronistas del siglo XVI y XVII, sino que los historiadores modernos  las han discutido tanto desde el punto de vista simbólico, como desde el punto de vista de la posible influencia del prototipo bíblico en la traza arquitectónica escurialense.

     A continuación, y antes de recoger sus opiniones por riguroso orden alfabético, los enumeraremos en función de sus opiniones, para por último señalar también sus opiniones sobre los parecidos entre el Es Escorial y el Templo de Villalpando. Curiosamente, sólo los muy convencidos, como Moya, Taylor y Osten Sacken, han podido elaborar una teoría coherente sobre las influencias salomónicas en El Escorial. El resto, tanto los que están a favor como en contra, se limitan a expresar sus opiniones -o como mucho sus dudas- sobre la importancia del tema, que suele ser el caso de los que han investigado las implicaciones simbólicas del asunto.

·                  Muy convencidos: Luis Moya, René Taylor, Cornelia Von Der Osten Sacken.
·                  A favor: José Luis Abellán, Luis Arciniega, Antonio Bonet, Fernando Chueca, John H. Elliot, Luis Fernández-Galiano, Ernesto Giménez Caballero, Antonio Martínez Ripoll, Pedro Navascués, Juan Antonio Ramírez, César Ruiz-Larrea, Santiago Sebastián López, Nicholas Wilcox, la Guía Visual de El País y la revista Geo.
·                  En contra: Juan Miguel Hernández de León, Francisco Íñiguez Almech, Henry Kamen, George Kubler.
·                  Tibios: Fernando Checa y Agustín Bustamante

José Luis ABELLÁN (Catedrático de la Universidad Complutense).

"Esta consideración del edificio como microcosmos presuponía una idea previa a la construcción y que esa idea tenía que condicionar la elaboración del diseño. El contenido de esa idea es muy posible que fuera el Templo de Jerusalén, y así lo confirma el historiador por autonomasia del edificio, el famoso fray José de Sigüenza, quien se refiere a El Escorial como "otro Templo de Salomón, al que nuestro patrón y fundador quiso imitar en esta obra". Esta interpretación se confirma si consideramos que Felipe II fue visto en su época como el segundo Salomón". [1]

Luis ARCINIEGA GARCÍA (Profesor del Departamento de Historia del Arte, Universitat de València).

"[...] la aspiración de legitimarse como nuevo Salomón, solicitando para sí el dominio del cristianismo. La voluntad regia de conectar con la dinastía bíblica se manifiesta desde el inicio de la construcción del Monasterio -en la Carta de Fundación y Dotación del mismo, toma Felipe II el título de Rey de Jerusalén- hasta el final de la obra, en 1584, cuando se colocan en la fachada de la iglesia los seis reyes veterotestamentarios del escultor Monegro. Asociación que fue respaldada por diversos tipos de documentos. Por ejemplo tiene resonancia en la reconstrucción del Templo de Salomón llevada a cabo por Prado y Villalpando. 

    El Escorial aparece en un momento de gran difusión de los tratados arquitectónicos y de estudios de arquitectura bíblica. La arquitectura que perseguía el arquetipo de la perfección encuentra una vía en el estudio de las medidas dadas por Dios a Noé para fabricar l nave, a Moisés para el Tabernáculo y a Salomón para el Templo, así como en la visión de Ezequiel del templo divino, puesto que lo proyectado por Dios no podía ser más que perfecto [...] La reconstrucción del templo salomónico es posterior a la finalización del Monasterio, sin embargo presenta grandes semejanzas que pueden explicarse por la estrecha relación existente entre Herrera y Villalpando. El vitruvianismo sacralizado en El Escorial recoge el testigo de la construcción salomónica; conectándose Felipe II y su Monasterio con la tradición bíblica adquieren un carácter de divinidad que los legitima [...] Es difícil delimitar hasta qué punto los modelos bíblicos están presentes en la ideación de la construcción, pero lo indiscutible es su uso "a posteriori" para destacar la figura de Felipe II y de su obra arquitectónica." [2]

Antonio BONET CORREA (Dr. Arquitecto, profesor de la Escuela de Arquitectura).

"Respecto al Templo de Salomón, el templo de los templos, para el cristiano la culminación de toda la arquitectura, existe una importantísima referencia. El jesuita Juan Bautista de Villalpando publicó en Roma una reconstrucción ideal del Templo de Salomón. Villalpando, discípulo de Herrera, toma como modelo El Escorial, edificio con el que ya el Padre Sigüenza había establecido el parangón".  [3]

"Felipe II, monarca que por su sabiduría y prudencia era calificado por sus contemporáneos de «nuevo Salomón» [...] El Templo de Salomón, por su planta y alzado, tal como lo imaginaron, ofrece gran paralelismo con el monasterio-palacio-panteón construido por Felipe II en la sierra madrileña. El clasicismo herreriano de las ilustraciones diseñadas por Villalpando es la prueba palmaria de la identificación ideal de ambas excelsas construcciones, conceptualmente consideradas como emanaciones de una idea absoluta de lo arquitectónico [...] El interés de Felipe II, muy enterado de arquitectura y mecenas artístico, por un libro que era como el reflejo de las ideas fundamentales de El Escorial, Octava Maravilla del mundo y remedo del Divino Templo de Salomón".  [4]

Agustín BUSTAMANTE GARCÍA (Profesor de Historia del Arte, Universidad Autónoma de Madrid, Facultad de Filosofía y Letras, Departamento de Historia y Teoría del Arte. Escribió su tesis doctoral sobre Valladolid, dirigida por Juan José Martín González. Vallisolitano militante, ha escrito un monumental trabajo monográfico sobre El Escorial, de la arquitectura y ornato del monasterio, realizado tras diez años de trabajos en el mismo).

"Es lógico pensar, así pues, que con Sigüenza, Juan Bautista de Toledo, Juan de Herrera y, probablemente, Felipe II, vieran en el Escorial no como imitación y superación del Templo de Salomón, sino que consideraran este hipotético modelo sólo como un eslabón sucesivo al Arca de Noé, el Tabernáculo y el propio Templo, construcciones para las que Dios había dado instrucciones y planos y, por tanto, emanaciones de la Sabiduría Divina. Los templos y estas obras no eran arquetipos, no se imitaban sus formas, sino su sapiencia en términos de simetría, armonía, proporción [...] de principios arquitectónicos divinos que había transmitido los antiguos." [5]

"El primer testimonio legendario fue la equiparación de la fundación filipina con el Templo de Salomón. Este punto, complicado ya en su época, ha acabado siendo uno de los aspectos más distorsionado de la leyenda escurialense [n. 14: El asunto de El Escorial y el Templo de Salomón, vínculo establecido ya en el siglo XVI, adquirió un sesgo pecularisimo a partir del estudio de R. Taylor]. Hay un dato incontestable que establece un vínculo entre Felipe II y su Monasterio de San Lorenzo el Real y Salomón y su Templo de Jerusalén: los seis Reyes de la Basílica [...] desde luego, las figuras no estarían en tan importantísimo lugar si el Rey Prudente no hubiese decidido que se hiciese y colocaran allí. Constatamos el hecho pero se nos escapan sus razones profundas, ya que no hemos encontrado información sobre el mismo [...] La nueva idea, que se sumaba a todo lo existente, sólo requería una vestimenta, unas actuaciones puntuales sobre la superficie [...] La idea de establecer explícitamente un vínculo entre la Basílica del Escorial y el Templo de Salomón ha de ser posterior a la traza de la fachada de Juan de Herrera. Ello nos lleva a considerar que tal concepción deberá surgir desde 1577. No existe, en toda la documentación conocida por nosotros, la menor referencia a este punto. Lo cual nos induce a pensar que tal noción no arrancó ni del Rey, ni del círculo de la Corte, ni del "estudio" de arquitectura dirigido por Juan de Herrera, ni del círculo escurialense, ya de la Congregación, ya del Prior y el Convento. La nueva idea procedía de Arias Montano [...] La fundación de Felipe II no era la imitación del Templo de Salomón, ni mucho menos pretendía superarlo. No existe una relación causa-efecto entre el desaparecido edificio bíblico y la obra española. Lo que une a las dos fábricas es la idea de lo perfecto, captada en la imitación de la naturaleza, creada por Dios, y reflejo de sí mismo; y todo ello dirigido a exaltar, a honrar al mismo Dios [...] San Lorenzo el Real de El Escorial no era otro templo, sino un edificio como el Templo de Salomón [...] este borrador del biblista [las inscripciones de los Reyes de Judá de Arias Montano] perdiéronse todavía en vida de Felipe II sin quedar memoria de él. Caso sospechosísimo, que nos inclina a considerar, que la oposición a Arias Montano y a su idea de un "Escorial bíblico", un "Escorial Templo de Jerusalén", era tan fuerte, que aunque hubo que aceptar la incorporación de los seis Reyes judíos en la faz de la Basílica, logró frenar las inscripciones, acaso por excesivamente claras [...] Los contactos con el Templo de Jerusalén se forjan en la década de los setenta, a partir de 1577, con la llegada de Arias Montano a la fábrica en obras; no afecta ni a la estructura arquitectónica, ni a las funciones que cumple la edificación, sino que cristaliza en la escultura y, como una máscara, se coloca sobre el marco arquitectónico [...] La Octava Maravilla, al convertirse en Única, se metamorfoseaba, no en el nuevo Templo de Salomón, sino en el Castillo de la Fe contra la Herejía". [6]

"Pero tanta perfección supo valorarla Arias Montano, que convenció al Rey para hacer de la Basílica la expresión de un nuevo Templo de Salomón, colocando en su fachada las seis efigies de los reyes de Israel". [7]

Fernando CHECA CREMADES (Profesor de Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid. Actual director del Museo del Prado, comisario de la exposición "Felipe II, príncipe del Renacimiento" [1998] y uno de los mayores expertos del Renacimiento español y de Felipe II. Si bien no parece creer que la traza de El Escorial estuviera influida por la del templo hierosolimitano, sí constata el simbolismo adherido al edificio y al mismo rey, y sobre todo su presencia panegírica en las crónicas posteriores).

"Es en este contexto de desmesuradas aspiraciones en torno al significado del edificio done se sitúa la polémica acerca del sentido salomónico del monasterio [...] Pues, como en el monumento de Jerusalén, en el levantado en las cercanías de Madrid se pretendió crear una arquitectura perfecta, una estructura santa que sacralizara, desde el punto de vista cristiano, alguno de los dogmas intocables de la estética vitruviana [...] Pero desde nuestro punto de vista no nos interesa tanto el seguir los pasos de esta discusión, sino simplemente el señalar que la misma -es decir, la relación o no de El Escorial con el Templo de Jerusalén- ha influido en la imagen y en las interpretaciones historiográficas del mismo a lo largo de los siglos." [8]

"Aunque sobre la idea de comparar el templo de Jerusalén con el Monasterio de El Escorial se ha fantaseado mucho, sí es cierto que desde los últimos años de su vida Felipe II patrocinaba una empresa editorial como la llevada a cabo por los padres Prado y Villalpando en Roma." [9]

"Si un rasgo caracteriza su protección de las artes es el de cristianización de la Antigüedad y la sabiduría del pasado. Así fue percibido ya por sus contemporáneos, quienes comenzaron a calificarle al final de su reinado de nuevo Salomón [...] aparecían teatros [en la entrada a Bruselas, en 1549] con representaciones de la Biblia o espectáculos en los que figuraba la relación de Felipe con Salomón, que más adelante se convertirá en tópica [...] Los arcos triunfales le recordaban de continuo la grandeza de su estirpe y especialmente la de su padre el Emperador a través de las consabidas alusiones a Hércules, a la historia de Salomón y David [...] El tema sucesorio se convierte en uno de los favoritos de estas entradas; y su ejemplificación a través de la historia de David y Salomón es de las más frecuentes.

Es aquí donde aparece la alusión salomónica [en Excelencias de la Monarquía..., de López Madera, 1597]. El rey de la Biblia es considerado como el personaje sabio por excelencia y es continuamente comparado con Felipe II. Según López Madera fue Salomón quien dijo que el rey justiciero y sabio debía estar armado [...] de igual manera, el cuadro de Lucas de Heere que representa a Felipe II como Salomón es el mejor ejemplo que poseemos de esta idea del rey como Sabio y Justiciero [...] La Reina de Saba, que preside un cortejo que ofrece obsequios a Salomón, quizá simbolice a los territorios bajo el dominio hispánico, representado en la figura real del Felipe II-Salomón.

A lo largo de los años de la construcción no sólo comenzó a elaborarse una mitología en torno al mismo (que lo consideró como la «Octava maravilla del mundo» o un nuevo «Templum Salomonis»), sino que además el programa fue adquiriendo una complejidad cada vez mayor [...] Es éste uno de los temas habituales de la discusión historiográfica en torno al edificio, para el que se han señalado los más diversos orígenes: el Templo de Salomón, la arquitectura hospitalaria española e italiana, el templo de Diocleciano en Spalato, el convento de los benedictinos en Catania... Pero el precedente más inmediato y que probablemente Felipe II y sus arquitectos tuvieron en cuenta debió ser la arquitectura monástica medieval.

Fue a través del propio lenguaje arquitectónico como procuró cristianizar una cultura que, como la renacentista tenía tantos vínculos con el mundo de una Antigüedad anterior a la llegada santificadora de Jesucristo. Es desde este punto de vista desde el que hay que comprender escritos como el Discurso de la figura cúbica de Juan de Herrera, o el tratado sobre el Templo de Salomón que escribirán bajo los auspicios reales, los jesuitas Prado y Villalpando, así como la polémica salomonista entre éstos y Arias Montano [...] y no duda [el padre Sigüenza] en comparar la imagen de Felipe II que estuvo en «alta meditación y en un éxtasis soberano» durante la misa, con «otro Salomón», dando gracias a Dios por haberle permitido ver acabada la grandiosa fábrica de la Basílica [...] Frente al sentido salomónico que adquieren otras partes del edificio -como la fachada de la Basílica o las pinturas al fresco de la Celda del Prior-, o la importancia de los elementos del Antiguo Testamento, los aspectos de la teología católica contrarreformista predominan en este importante espacio [el claustro grande] [...] La Celda Baja del Prior, alrededor de la escena del Juicio de Salomón, obra de Francisco de Urbino [...] alude a un tema capital para la comprensión de El Escorial como es el de la Sabiduría asociada con Salomón, que ahora no se refiere tanto a Felipe II como a la sapiencia que debía adornar al prior que habitaba esa celda [...] La referencia a la Sabiduría se complica con la aparición [de un cuadro en esa misma habitación] que representa a un sacerdote del templo con un niño[...] Llama nuestra atención la presencia de elementos iconográficos vinculados al Antiguo Testamento. Recordemos que el elemento central es el Juicio de Salomón y que en algunas de las pequeñas figurillas que acompañan al conjunto es manifiesta la presencia de sacerdotes del Viejo Templo [...] Comenzaba entonces el mito y la leyenda -de diversos colores según el autor y la época- del Rey Prudente, del nuevo Salomón que encarnaba uno de los momentos estelares de la historia europea.

Además, ésta [la imagen alegórica del monarca] cumple con el requisito de estar basada en la religión cristiana (otra vez la cristianización de la Antigüedad, mediante el recurso de la retórica cristiana), ya que este «retrato digno» no es otro que el de «Salomón, aquel celebratísimo Rey, con quien lo comparo, y aun con un Plus Ultra, diciendo Ecce Plus quan Salomon hic. Mira a éste, más que Salomón» [...] fray Alonso establece una serie de similitudes entre David y Carlos V y Salomón y su hijo Felipe [...] como es lógico, la comparación con Salomón culmina con una referencia a El Escorial, en la que se establece un claro paralelismo entre el edificio y las maravillas del mundo [...] En el sermón predicado por Lorenzo de Ayala en Valladolid, a la vez que se recurre una vez más al tópico de la comparación entre Carlos V y David [...] El edificio y su promotor fueron objeto de intensas discusiones y múltiples interpretaciones. El coste de las obras, [...] su relación con el Templo de Salomón." [10]

Fernando CHUECA GOITIA (Madrid, 1911. Dr. Arquitecto. Catedrático de Historia del Arte y de Historia de la Arquitectura de la Escuela Superior de Arquitectura [Universidad Politécnica de Madrid], Académico de la Historia y de Bellas Artes).

"Deja solo resplandeciente el templo, santuario de la divinidad, pero no asamblea de los fieles. Una vez más, Felipe II se incorpora a la tradición más arcaica, más cerca del Templo de Salomón que de la asamblea de Cristo." [11]

"Miraba por una parte al pasado más remoto, incluso a esa reconstrucción del Templo de Jerusalén, que tanto le sedujo [...] Después de la cautividad de Babilonia, la profecía de Ezequiel era el anuncio de del futuro Reino de Dios. Después del gravísimo cisma de la Reforma luterana, El Escorial era la visión ideal de la iglesia restaurada[...] Los seis reyes simbolizan la restauración del Templo por antonomasia y todos ellos, monumentales y fastuosas, están allí porque todos ellos tuvieron parte en la edificación o restauración del Templo de Jerusalén. No es pues su presencia una glorificación de la monarquía hebrea sino de la Casa de Dios [...] Lo importante es que Felipe II tenía la conciencia íntima de estar resucitando el Templo de la Antigua Ley [...] "  [12]

"Quiere reencarnar la ley mosaica manteniendo el espíritu arcaico de los Reyes de Israel. Góngora le llamó Salomón II, y el Monasterio participó de las ideas del padre Villalpando, de su reconstrucción del Templo de Salomón, tal y como aparece en su libro sobre las Profecías de Ezequiel. En la fachada principal del templo, en lugar de otras imágenes, Felipe II colocó las estatuas monumentales de seis Reyes del pueblo hebreo." [13]

John H. ELLIOT

"Pero ¿cómo podía saber Villalpando cómo era el Templo de Salomón? Lo sabía porque había visto algo muy similar, ya que la planta del Templo de Salomón se asemeja enormemente a la de El Escorial. La similitud no puede sorprendernos, ya que Villalpando era alumno de Juan de Herrera [...] Al tomar El Escorial como modelo, Villalpando está honrando a su maestro [...] No es seguro si el mismo Herrera concibió El Escorial como una versión moderna del Templo de Salomón, y ello ha sido ampliamente debatido. Pero una vez construido no podía escapar a la comparación, y se da el caso de que Fray José de Sigüenza, el gran historiador contemporáneo de El Escorial, dedica todo un Discurso de su historia a la comparación de los dos edificios [...] el Templo de Salomón se convirtió en punto de referencia obligado para El Escorial, llenándolo de significado y simbología. La simbología resultaba aquí especialmente apropiada, puesto que el Rey Prudente tenía todas las características de un Salomón contemporáneo. El Escorial era la residencia del Rey Salomón español y ésta era precisamente la imagen nacional e internacional que se había ido forjando y que estaba latente al final de la vida de este gran rey [...] Para la primera generación de españoles que vivió bajo la pesada sombra del edificio, verdaderamente era el templo del Salomón español".  [14]

Luis FERNÁNDEZ-GALIANO

"[...] es verosímil que a Felipe, que fue llamado el Rey Prudente, le halagase verse a sí mismo como un nuevo Salomón: un sabio constructor hijo de un guerrero, Carlos V o David, y las estatuas de los dos reyes de Israel que flanquean la entrada a la Basílica deben interpretarse en esta clave hermenéutico-propagandística." [15]

Ernesto GIMÉNEZ CABALLERO (Ideólogo falangista).

"[El Escorial era] la ecuación catolicista, universal entre Oriente y Occidente, entre libertad y autoridad, entre racismo germánico e igualitarismo semita".  [16]

Juan Miguel HERNÁNDEZ DE LEÓN (Dr. Arquitecto, catedrático de Estética y Composición de la Escuela de Arquitectura en Madrid).

"tras interpretaciones tan opuestas sobre el significado de la invención de El Escorial puede subyacer una cierta confusión metodológica: la de atender de forma reduccionista a alguno de los niveles de la obra como configurador en exclusiva de su contenido [...] La intencionalidad de levantar El Escorial como nuevo Templum Salomonis es un dato claro que no anula otras posibles lecturas de sus códigos iconológicos [...] En torno a la presencia de esta «idea del Templo de Jerusalén» en la traza de la obra de El Escorial no deja de ser clarificadora la aportación de Juan Antonio Ramírez sobre la diferencia entre la idea sobre el Templo («como recuerdo de un lugar y simultáneamente como un símbolo de la salvación prometida») y la morfología concreta elegida para su representación [...] El Templo de la Pintura de Lomazzo está, por tanto, más cerca ideológicamente de la idea de El Escorial que algunas otras referencias." [17]

Francisco IÑIGUEZ ALMECH (Madrid, 1901 - Pamplona, 1986. Dr. Arquitecto, catedrático de Historia del Arte y de Historia de la Escuela de Arquitectura en Madrid y Pamplona, y académico de Bellas Artes).

"[El Patio de Comares y el de los Reyes de El Escorial] tienen parecidos de composición indudable, aunque su escala los separe totalmente". Respecto a las comparaciones hechas por el padre Sigüenza de Felipe II con el rey Salomón, cree que "no son todos en junto más que los acostumbrados elogios y simbolismos presentes en su castiza y erudita prosa [...] de otro modo lo hubiera dicho con su entusiasmo elocuente; más aún citando a otro escurialense, Arias Montano, encargado de otra reconstrucción del templo de Jerusalén, nada parecida por cierto, al Monasterio, a pesar de su intervención en que se colocasen los reyes y sus letreros [...] San Lorenzo no quiso ser una copia del templo de Jerusalén, y las semejanzas de planta que puedan existir entre las famosas «parrillas» y la planta del P. Villalpando, son las normales entre trazas y diseños renacentistas".  [18]

Henry KAMEN (Rangún, Birmania, 1936. Distinguido hispanista, doctorado por la Universidad de Oxford, ha enseñado en varias universidades de Inglaterra y de Estados Unidos. Miembro de la Royal Historical Society de Londres. Actualmente es profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, de Barcelona.

"Es improbable que las ideas ocultistas interviniesen conscientemente en los planes, o que el Rey haya tenido alguna intención de recrear el antiguo templo de Salomón".  [19]

George KUBLER (Los Angeles, 1912-1996. El renombrado hispanista George Alexander Kubler vivió en Francia y Suiza, hasta que en 1929 recaló en Yale, desde donde escribió numerosos estudios sobre la arquitectura española y portuguesa de los siglos XVI al XVIII).

"Siempre que un rey construye, surge el recuerdo de Salomón [...] la estatua que representa al rey bíblico [...] fue una idea tardía, anterior a 1580, pero ausente del primitivo dibujo herreriano de la fachada [...] la idea de los seis reyes bíblicos no halló expresión hasta el momento en que se encargó su talla a Monegro. Igualmente posterior a la edificación de El Escorial es la lujosas publicación (1598-1604) de un estudio que reconstruye con mucha imaginación el Templo de Jerusalén".  [20]    

Antonio MARTÍNEZ RIPOLL (Murcia, 1947. Doctor en Filosofía y Letras, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid) y académico de la RABA de San Fernando y de la de Alfonso X el Sabio).

"Precisamente, su erección [la de El Escorial] fue la causa más o menos tácita que originó el polémico debate sobre la reconstrucción del Templo de Salomón entre Benito Arias Montano y los jesuitas Jerónimo del Prado y Juan Bautista Villalpando [...] Al rey Felipe II se le consideró, con o sin razón, un nuevo Salomón y a su magna obra arquitectónica se la vio como un nuevo Templo de Salomón".  [21]

"El Escorial movilizó en su torno -propiciados por el mecenazgo real de Felipe II- una serie de ensayos de reconstrucción del prototipo jerosolimitano del Templo de Salomón [...] ¿Cómo sino explicar convincentemente el conocimiento que el rey demostró del arquetipo jerosolimitano presentado por Villalpando, y que le sugirió la corrección y variación de varios elementos? [...] La Idea que informó el diseño o traza universal plasmada originalmente en El Escorial, y no cambiada en lo fundamental, fue la "descripción que hace la Sabiduría de la Santa Jerusalén" sugerida por el mismo Rey Felipe II a sus colaboradores, ejecutada por mano de su primer arquitecto Juan Bautista de Toledo".  [22]

Luis MOYA BLANCO (1904-1990. Arquitecto. Catedrático de Composición en la Escuela de Arquitectura de Madrid en 1936, donde fue director entre 1963 y 1966. En 1970 pasó a enseñar Estética y Composición en la Escuela de Navarra. Académico de Bellas Artes en 1953. Fue uno de los más firmes defensores de esta teoría).

"El edificio no es, a a los ojos de un arquitecto, consecuencia del vitrubianismo que el Padre Sigüenza y otros atribuyen a sus autores [...] una organización en planta que no recuerda nada a las composiciones que describe Vitrubio, ni a las que conocemos de la Antigüedad clásica, ni menos a las del Renacimiento italiano [...] este tipo de planta se encuentra en Siria, realizada en varios Alcázares -Mxatta, Balkuvara, Ukhaidir- durante la alta Edad Media, entre los siglos VII y IX probablemente (aunque algunos autores dan fecha anterior, hacia el año 400 para Mxatta). En España, el conjunto del patio y la sala de Comares, en la Alhambra, reproduce la composición del eje central de estos alcázares sirios que es también la de otros más recientes repartidos por el mundo islámico medieval. Y precisamente esa parte de la Alhambra es la misma composición del eje central de El Escorial, y con las mismas proporciones (en la planta) [...] Este esquema [el del Templo de Villalpando] debió ser preparado ya desde el principio de los estudios, y por lo tanto, para servir en el trazado de El Escorial. Puede creerse esto, con cierta seguridad de no equivocarse, mediante el examen de las magníficas láminas que lleva la obra [...] Parece que lo sucedido fuese esto: primero, se establecen dos principios -que se han de mantener hasta el fin-, que son la imitación y mejora del Templo de Salomón, y el estilo "greco-romano", o sea el manierismo; segundo, se decide que, puesto que el Templo de Salomón está ya mejorado y ampliado por el de la visión de Ezequiel, sea éste el que sirva de modelo; tercero, los padres Prado y Villalpando proporcionan los datos del de Ezequiel a un magnífico arquitecto -probablemente Juan Bautista de Toledo- para que trace unos planos; cuarto, este arquitecto, formado en Italia, completa con temas manieristas todo lo que falta en la descripción de Ezequiel para hacer un verdadero proyecto [...] quinto, el proyecto de Templo Ezequiel resulta estupendo, pero algo vacío [...] se encuentran las bases formales en la propia España: para los cuerpos laterales, en los hospitales -tal como descubrió Zuazo-; para el eje central, en la alberca de la Alhambra; para la decoración arquitectónica en el sistema español de portadas superpuestas; finalmente para cada aspecto del edificio se buscan precedentes en castillos, alcázares y monasterios españoles." [23]

"[...] lo que les interesa concretamente a los autores de El Escorial es el propio Templo, y ese interés tiene un fin práctico: se trata de saber cómo fue, para hacer otro edificio mejor y más grande [...] El deseo, y casi la necesidad, de superar la obra de Salomón, como la Nueva Ley lo hace con la Antigua, se logró aquí, como mil años antes se había conseguido en Santa Sofía [...] La absorción de la arquitectura del Templo de Salomón por la obra de Felipe II no fue una metáfora, sino una realidad hecha efectiva hasta donde alcanzaron los conocimientos sobre la arqueología del Oriente Medio, vigentes en el siglo XVI [...] Del Templo de Salomón no se conocía nada, aparte de las descripciones en varios lugares del Antiguo Testamento [...] No es posible, por tanto, decidir hasta dónde se parece El Escorial al antiguo Templo. Pero sí es notable que la organización del edificio de Felipe II reproduzca fielmente la de varios alcázares del Oriente Medio [...] los monumentos árabes en España no reflejan en sus conjuntos tal tipo de composición, aunque sí lo hacen en algunas partes importantes [...] ningún precedente se encuentra para el conjunto de la composición y su articulación [...] Podría concluirse que el edificio muestra un estilo bíblico-oriental que se fue haciendo clásico, en tanto que las fuentes literarias indican lo contrario: un estilo clásico que recibió un ropaje bíblico".  [24]

"Como en el Templo de Salomón, en este edificio no podía entrar animal alguno, según explica Sigüenza con toda precisión; en consecuencia hubo que construir el edificio de la Compaña [...] muchas veces se refiere al Templo de Salomón como modelo que influyó en todo, hasta en la organización de los trabajos de la construcción. Arias Montano debió tener mucha parte en este aspecto. Las ideas de Sigüenza entrañan una contradicción que se salva suponiendo el Templo de Salomón de estilo romano, como aparece en la interpretación de Ezequiel según Villalpando y del Prado; dicen que Salomón, inspirado por Dios, no podía desconocer la «verdadera arquitectura»"  [25]

Pedro NAVASCUÉS (Catedrático de Historia del Arte de la Escuela de Arquitectura, en la Universidad Politécnica de Madrid).

También cree que la mezcla de lo real y lo sagrado en torno al Rex-Sacerdos confluyen en un nuevo Templum Salomonis o Civitate Dei, apoyándose de nuevo en el Padre Sigüenza, en la presencia de los Reyes de Judá en la fachada de la Iglesia con sus inscripciones, en la relación de la fábrica escurialense con las reconstrucciones, a posteriori, de su bibliotecario Arias Montano y el alumno de Herrera, el jesuita Villalpando, con similitudes reconocidas. [26]

"Esta obra [la de Villalpando] y la reconstrucción del Templo de Salomón hecha por Arias Montano en la Políglota Real (1572), fueron conocidas por Felipe II y Herrera, formando con el proyecto del Monasterio un triángulo dentro del que se ha ido tejiendo, a lo largo de la historia, un discurso teórico de importante calado sobre la forma, medida y proporción del templo perfecto [...] Si se tiene en cuenta que Felipe II costeó la edición de las obras de Arias Montano y Villalpando; que Villalpando fue discípulo de Herrera y éste probablemente inductor de la obra de aquél; que el gran hebraísta Benito Arias Montano fue persona muy ligada a Felipe II y al monasterio, bien como su bibliotecario, bien como inspirador de algunos programas iconográficos, como pudiera ser el de los Reyes de Judá en la fachada de la iglesia; que una y otra obra incorporan , además del texto teórico-descriptivo, unas interesantísimas láminas grabadas con plantas, secciones y alzados del templo de Salomón, etc., puede entenderse como muy probable que se haya producido un transvase de ideas entr aquellos modelos del templo ideal y perfecto y el planteamiento general del monasterio escurialense, y viceversa. Ello no quiere decir que haya que hacer depender unos de otros sino que se convierten en telón de fondo conceptual de la empresa de Felipe II en El Escorial." [27]

Juan Antonio RAMÍREZ DOMÍNGUEZ (Catedrático de Historia del Arte en la Universidad de Málaga, Salamanca y en la Autónoma de Madrid, ha desarrollado su actividad docente e investigadora en diversas universidades españolas y extranjeras. Gran experto en cuestiones salomónicas, especialmente en el estudio de las evocaciones del Templo en la pintura y arquitectura).

"Dejando a un lado momentáneamente la cuestión polémica de si en el diseño inicial del Monasterio de El Escorial existió una intención salomónica, sí parece evidente al menos el deseo del monarca de utilizar la obra de Villalpando como una justificación a posteriori del monasterio [...] El paralelismo entre las láminas de El Escorial y las del Templo de Salomón tiene muchas lecturas: la más fácil es suponer que así se presentaba al rey católico como un nuevo Salomón. También podemos aceptar que al exhibir las diferencias entre los dos edificios (algo mucho más palpable al emplear para ambos el mismo sistema de representación) se acentuara la «prudencia» de Felipe II [...] Enfatizando públicamente las diferencias entre su Monasterio y el antiguo Templo de Salomón, el rey aumentaba su prudencia [...] no parece que el anciano monarca se deleitara comprobando la hipotéticas semejanzas entre el Templo y el Monasterio de El Escorial, sino más bien todo lo contrario. A estas alturas de su reinado, después de tantos fracasos políticos y militares, la gloria de Salomón se consideraba inalcanzable, su Templo irrepetible y la Tierra Santa irrecuperable. Ya que no era posible ejercer como rey efectivo de Jerusalén (no olvidemos que poseía la soberanía nominal), custodiaría con celo las llaves de su maqueta." [28]

César RUIZ-LARREA CANGAS (Profesor de Proyectos de la Escuela de Arquitectura de Madrid, Universidad Politécnica de Madrid).

"Estoy convencido de que ese inmenso cubo [el de la bóveda del coro] atesora los auténticos planos del Templo de Salomón, celosamente guardados por el rey Felipe y que por fin consiguió realizar en la desnuda serranía madrileña. El Escorial no imita el Templo de Salomón. El Escorial lo construye exitosamente mediado el siglo XVI merced a esa información original que compartían el rey y su arquitecto. Es por tanto esa obsesiva búsqueda de referencia a un modelo cuya traza proviniera de un modelo superior, orden del universo lo que le imprime de algún modo es aconciencia." [29]

René TAYLOR (Muerto en 1997. Fue discípulo de Wittkower en Londres y profesor de Arte en Universidades europeas y americanas. Director del Museo de Arte de Ponce, Puerto Rico, desde 1962. Sus trabajos sobre la contribución jesuítica al Barroco, la arquitectura de Villalpando y los aspectos mágicos y herméticos de El Escorial son ampliamente conocidos).

"Otra cuestión que inevitablemente provoca la amistad entre Villalpando y Juan de Herrera es la de la posible influencia de estas ideas acerca del Templo de Salomón en la traza de El Escorial. Claro está que Villalpando no pudo haber influido en los diseños de Juan Bautista de Toledo, ya que éste había dado comienzo a su famosa obra años antes de emprender Villalpando su reconstrucción. Sin embargo, se sabe que el templo, el supremo arquetipo, llenaba mucho el pensamiento de Felipe II mientras concebía el proyecto de edificar El Escorial. Fray José de Sigüenza lo califica de "otro Templo de Salomón..." [...] Tal semejanza no puede ser accidental. Es probable que ya se había intentado años antes reconstruir el templo en sus líneas principales, pero que le cupo al jesuita elaborar el proyecto con todos sus detalles. Sin embargo, la falta de datos concretos no permite dogmatizar sobre esta cuestión, que por la importancia que reviste merece ser investigada a fondo." [30]

"Generalmente, hoy se acepta que el punto de partida del diseñador o diseñadores de El Escorial debe haber sido alguna "idea", que proporcionó al edificio su simbolismo fundamental. No obstante, se ha estado menos de acuerdo en lo que era precisamente esta «idea». Hace unos años, el autor de este texto sugirió brevemente que no se trataba de otra cosa que el Templo de Salomón [...] Existen varios indicios que parecen reforzar esta tesis [...] la planta en ángulos rectos, la posición de la iglesia dentro del conjunto y la presencia en la fachada de las efigies de los reyes de Israel. Tenemos además la afirmación en este sentido del Padre Sigüenza. Se refiere a El Escorial como «otro Templo de Salomón, al que nuestro patrón y fundador quiso imitar en esta obra». Se ha querido restar importancia a las palabras del fraile alegando que sólo se trata de un símil [...] La idea desde luego dista mucho de ser nueva o insólita. El «salomonismo» fue un concepto ampliamente difundido en aquella época [...] Battisti ha subrayado la importancia de la figura de Salomón como el móvil simbólico de las empresas constructoras de [Nicolás V, Sixto IV, Pío II, Paulo II y, sobre todo, Julio II. Sería sumamente ingenuo tratar de mantener que a Felipe II no se le hubiera ocurrido equipararse con el rey Salomón antes de 1561 [...] Existen casos bastante inverosímiles de ello, como el de Enrique VIII una generación antes [en un cuadro de Hans Holbein] [...] En 1571 en la edición 16ª sw la Humane Salutis Monumenta de Arias Montano el grabador de la plancha 24 ha dado al rey Salomón los rasgos faciales de Felipe II"

"Así como Salomón había recibido de su padre David el encargo de erigir el Templo de Jerusalén de acuerdo con las trazas que le entregó, Felipe recibió del suyo la encomienda de proveerle de un mausoleo propio de su preclara estirpe. No sería exagerado decir que todo el origen de El Escorial respira Salomonismo [...] Se puede remontar el origen de la ecuación Escorial-Templo a por lo menos el año 1563, fecha de la colocación de la primera piedra del monasterio. Suministra la evidencia la medalla que en ese año acuño Jacome da Trezzo [...] es posible, por no decir probable, que también encierre una referencia al templo de Jerusalén [...] Existía en la biblioteca de Juan de Herrera una obra con el título de Copia del tratado que se hizo del Templo de Salomon, manoescrito [...] Al considerar El Escorial como una especie de trasunto o «copia» del Templo de Jerusalén, hay que tener presente que nunca se buscó elaborar una versión fiel o vera imago del prototipo salomónico. EL culto a las reproducciones exactas pertenece al siglo XIX. El siglo XVI no pensaba en esos términos. El Escorial no fue concebido como un ejercicio teórico; debía cumplir una serie de funciones prácticas." [31]

"Aunque se suele mantener que la ecuación Templo-Escorial es algo muy tardío, es de dudar que fuera así. Sería absurdo pensar que Felipe II, cuyo interés por la arquitectura remontaba por lo menos a sus catorce años de edad, desconociera estas ideas y que sólo se preocupaba por las formas de la arquitectura y nada por su significado [...] Todo el origen de El Escorial respira salomonismo. Así como Salomón había recibido de su padre David el encargo de erigir el Templo de acuerdo con las trazas que le entregó, Felipe II recibió del suyo, el emperador Carlos V, la encomienda de proveerle de un mausoleo digno de su preclara estirpe. La semejanza entre ambos casos queda reforzada por el hecho de que los cuatro soberanos ostentaban el título de rey de Jerusalén".  [32]

Cornelia VON DER OSTEN SACKEN (1950-1982. Investigadora alemana, presentó su tesis doctoral en la Universidad de Munich sobre el significado profundo de El Escorial).

"Llama la atención que la mayoría de los cronistas recurran al tópico de 'Felipe II, el nuevo Salomón' y 'El Escorial, el nuevo Templo Salomónico'. No se sabe en qué año apareció este lugar común ni quién lo empleó por vez primera, pero está presente desde las primeras crónicas conocidas; así por ejemplo, en la 'Descripción' de Juan Alonso de Almela (1594) y en las 'Memorias' de Fray Juan de San Jerónimo (1591). Mientras que en algunos relatos el fundador y la obra son apostrofados sencillamente como "Nuevo Salomón", en otros encontramos comentarios prolijos. El más explícito es aquí también José de Sigüenza que, acontinuación de la historia de la obra y de su descripción, dedica todo un capítulo a comparar este edificio con otras construcciones famosas, principalmente con el Templo Salomónico [...] Hay muchos ejemplos de este tipo. Felipe II lleva el título de 'rey de Jerusalén' [....] Los puntos de apoyo que permitieron a los contemporáneos ver al rey español efectivamente como un nuevo Salomón podrían ser los siguientes [resumimos]:

·         El mecenazgo de Felipe II.
·         La pasión del rey por la construcción, que supera con creces a la de su padre.
·         La ampliación de su reino colonial a su mayor extensión.
·         La lucha por la pureza de la fe y la imposición de una liturgia única.
·         La ciudad de Salomón se encontraba fuera y por encima de Jerusalén.
·         La ciudad de Salomón se encontraba aislada del entorno.
·         El conjunto estaba divido en tres partes (atrios, palacio real y templo).
·         El Templo Salomónico era una 'capilla del palacio' de Salomón.
·         El Templo era centro de culto de todo Israel.
·         Los enterramientos de los reyes judíos se encontraban muy cerca del Templo, en las construcciones del palacio.

No se debe afirmar desde un principio que los mencionados rasgos comunes sean propios exclusivamente de El Escorial -existen algunos 'eo ipso' entre esa 'acrópolis político-religiosa' y la ciudad de Salomón en lo relativo a su unión de templo y palacio- ni tampoco que se trate de una idea consciente y deliberada por parte de Felipe II [...] Las [re]construcciones del Templo de Villalpando y Arias Montano surgieron, por así decirlo, a la vista de Felipe II y fueron financiadas por él [...] [Las semejanzas entre el Escorial y los alcázares de Siria] se deben al hecho de que los palacios de los omeyas, por su parte, tienen su origen en los campamentos fortificados que los romanos construían en sus provincias [...] En el único fresco figurativo de todos los recintos del convento nos encontramos al rey Salomón. Las celdas, el refectorio y la capilla del convento no tienen ninguna clase de frescos y las bóvedas de la sacristía y de la sala capitular están decoradas con frescos únicamente ornamentales (grutescos, rosetas y otros adornos), en el esquife de la bóveda de la habitación del prior de la planta baja del gran claustro está representado el juicio de Salomón [...] De la misma manera que el fundador emula a Salomón, así también el representante elegido por el fundador, el prior, ha de tener siempre el mismo modelo ante los ojos. También a él han de guiarle la sabiduría y la justicia [...] Donde más claramente se ve la intención del fundador de legitimarse como 'Nuevo Salomón' es en la 'galería de reyes' de la fachada de la iglesia [...] En vista de que estas seis estatuas sobre la entrada principal de la fachada occidental, aparte de la del santo titular San Lorenzo, constituyen el único adorno figurativo del exterior de El Escorial, hay que suponer que se les confiere gran importancia." [33]

Santiago SEBASTIÁN LÓPEZ (Licenciado en Historia de América en Sevilla y Madrid, doctorándose en Historia del Arte en la Complutense de Madrid. Estuvo pensionado en Heidelberg y becado en Yale. Profesor titular de las Universidades de Valle, en Cali, Colombia, Palma de Mallorca, desde donde dirigió la revista "Traza y Baza", tan importante en el desarrollo de la iconología en España, Barcelona y Córdoba. Finalmente fue director del Departamento de Historia del Arte en la Universidad de Valencia).

Sobre el fresco de Salomón y la reina de Saba en la biblioteca, en el que ésta confiesa su interés en conocer a un hombre tan sabio, opina: "Fácil es de suponer que semejante testimonio bíblico fue más que suficiente para conceder a Salomón en la Antigüedad y en la Edad Media el título de mago por excelencia y aún el de maestro del arte cabalístico. En este conjunto nos interesa esta referencia salomónica porque viene a subrayar el papel de esta Biblioteca como Templo de la Sabiduría [...] No podía faltar en un centro como El Escorial, con tantas resonancias salomónicas y como vínculo importante en la transmisión de la sabiduría que Dios reveló en el Sinaí"  [34]

Nicolas WILCOX (Lagos, 1938. Graduado en historia por Oxford. Gran admirador de España, pasa largas temporadas en la sierra de Cazorla. Ha viajado por todo el mundo como reportero free lance y como productor de la BBC. El «best-seller» que aquí tratamos es el típico caso de literatura pseudo-histórica que explota el esoterismo templario del Templo de Salomón, que tanto daño hacen a nuestra tesis del salomonismo escurialense. Debo el hallazgo de este librito a Juan Vacas y a Rosa Collado).

"El rey Felipe II de España conoció la historia de la Mesa de Salomón y del códice templario, y considerando que ambos le pertenecían, se empeñó en dar con ellos. Estaba obsesionado con la idea de reproducir fielmente el Templo de Salomón, la arquitectura sagrada, en su monasterio de El Escorial. Durante muchos años empleó en la investigación a dos sabios jesuitas, Juan Bautista Villalpando y Jerónimo de Prado [...] No es muy conocido que Arias Montano perteneció a una sociedad secreta denominada «Los Hijos de Dios», una sociedad secreta cristiana y a lo que parece ortodoxa que se interesó por los estudios bíblicos a un nivel entonces desconocido [...] «Los Hijos de Dios» tenían relaciones, sobre las bases de su mutuo interés en la Biblia y en el legado del rey Salomón, con otra sociedad judía más antigua denominada «Tadea Tecta», es decir, «Lámpara Tapada». No es seguro que Felipe II perteneciera a «Los Hijos de Dios», pero desde luego estaba tan interesado como ellos en el legado salomónico; este monasterio es la prueba. Su deseo era reconstruir el Templo de Salomón a partir de Ezequiel y Verginus." [35]

GUÍA VISUAL DE PINTURA Y ARQUITECTURA (Ana Chávarri y otros, El País-Aguilar, Madrid, 1997).

"Parece inspirarse en la tradición de hospitales cruciformes, con elementos del Renacimiento italiano y siguiendo como referente la idea que se tenía del Templo de Salomón".

GEO (Pablo Colado y otros, G y C España Ediciones, nº 149, p. 145, Madrid, Junio 1999).

"El monasterio es una ciudad sagrada [...] La idea de Felipe II, registrada en los documentos fundacionales, era la de construir un recinto sagrado, aislado del mundanal ruido, donde descansaran los restos de su padre, el emperador. [...] Su antecedente mítico hay que buscarlo en el Templo de Salomón".

Parecidos entre la reconstrucción del Templo de Salomón de Villalpando y El Escorial
Por otra parte, debemos reseñar en un capítulo aparte las muchas páginas en que se ha estudiado la posible relación con la obra de Villalpando, ya sea por su origen común salomónico o por su parecido formal, incluso salvando la diferencia de fechas entre ambos proyectos.

Moya creía posible la influencia por vía indirecta de las láminas del Templo de Ezequiel de Villalpando, cuyas primeras pruebas pudieron ser contemporáneas al monasterio. Como no parece posible que los alcázares sirios que tanto se parecen al Monasterio fuesen conocidos por los hombres de El Escorial, Moya explica las coincidencias por los orígenes tipológicos comunes de la arquitectura oriental. Los principios de El Escorial estarían en la imitación del Templo de Salomón, en su mejora y ampliación del Templo de la Visión de Ezequiel. El autor llega a insinuar que el estupendo y desconocido arquitecto que hizo los primeros diseños para el libro de Prado y Villalpando fuera el propio Juan Bautista de Toledo: "En ellas se ve una arquitectura muy interesante, sin precedente; pero que, observándola bien, puede serlo de El Escorial, antes que en éste apareciesen las «impurezas de la realidad», y antes también de que apareciesen los chapiteles y las pizarras" (Composición, p. 9). Pero el Monasterio no sería un modelo ideal no construido. Mientras Prado y Villalpando estudian un templo irreal y algo vacío, el rey, la corte y los jerónimos exponen las necesidades de las que proviene la realidad constructiva de Toledo y Herrera.

El arquitecto Hernández León cree que "comparada con la del Monasterio, la real o la de sus propuestas, la relación no deja de estar limitada a un similar esquema generador, de parecida importancia a los antecedentes tipológicos propuestos por Mor Moya o Zuazo".

René Taylor señaló que las fachadas tienen en ambos edificios una complicada superposición de órdenes de aire más plateresco que romano (Villalpando; ideas estéticas, p. 416-422). A los lados de la fachada, se dibujan unas logias adinteladas, que formarían un conjunto semejante al de la fachada Sur de El Escorial con la Galería de Convalecientes. El estilo muestra, en palabras de Taylor, una corrección casi académica, muy lejos de las estridencias y caprichos del manierismo inicial de Miguel Angel, Giulio Romano y Machuca. Taylor tenía claro que Villalpando no pudo influir en los diseños de Toledo, pero ello no quitaba que Felipe II estuviera interesado en el tema mucho antes. Incluso encuentra parecidos formales entre las dos plantas: "Si se suprimen los tres patios interiores del templo que miran hacia el oriente, nos quedamos virtualmente con el plano de San Lorenzo. El lugar que ocupa el santuario del templo es el mismo que ocupa la iglesia en el conjunto escurialense, y los patios restantes están también dispuestos de manera casi idéntica. Tal semejanza no puede ser accidental. Es probable que ya se había intentado años antes reconstruir el templo en sus líneas principales, pero que le cupo al jesuita elaborar el proyecto con todos sus detalles". En Arquitectura y magia (p. 30) sólo señalaba que los paralelismos con el arquetipo divino eran de naturaleza puramente simbólica: "Nunca se pretendió hacer una transcripción literal del divino arquetipo. Por lo tanto, sería inútil buscar en el texto bíblico una identidad de forma y dimensiones. No obstante, es evidente que existían ciertos paralelismos y el Padre Sigüenza cita algunos de ellos [...] La explicación más verosímil es que el parecido se debe a que ambos proceden de la misma idea básica, modificada en el caso de El Escorial por consideraciones prácticas".

Para Chueca, sin embargo, es más verosímil pensar en las influencias del monasterio sobre las trazas del Templo, que en lo contrario: "lo curioso es que el templo de Jerusalén según lo interpreta Villalpando tiene no pocos puntos de contacto con El Escorial, cosa no inverosímil, pues parece que el sabio jesuita pidió ayuda a Juan de Herrera para penetrar en el laberinto de las descripciones arquitectónicas del Profeta" (Piedra profética, p. 19).

Fernando Checa cree también que Villalpando "pretendía reconstruir la verdadera imagen del templo hierosolimitano, inspirándose ciertamente, y ahí están los grabados para demostrarlo, en el edificio escurialense" (Arquitectura del Renacimiento, p. 321).

J. A. Ramírez piensa también que los diseños del jesuita están influidos por la estética de Herrera, de quien había sido discípulo como arquitecto (Construcciones ilusorias, p. 120). También establece un cuidadoso estudio de la representación formal del libro de Villalpando y las «estampas» de Herrera, concluyendo con su intencionado parecido formal en cuanto a su representación gráfica, sobre todo "teniendo en cuenta que la primera idea no era publicar los tres inmensos volúmenes, sino un sencillo opúsculo literario que daría breves explicaciones a las excelentes láminas del templo (Dios, arquitecto, pp. 28s).

Para Osten-Sacken, las dos plantas se basan en la misma concepción ideal, que en el caso de El Escorial está adaptada a las necesidades prácticas, aunque se encuentran similitudes más allá de la planta: "Los dos edificios se levantan sobre altos muros de terraplenamiento divididos por nichos de arcadas, que en El Escorial no sobrepasan una medida realista y funcional y que, por el contrario, en Villalpando son tres veces más altos que la propia obra; la misma sucesión monótona de ventanas rectangulares en el piso del zócalo y en otros cuatro pisos separados por una cornisa; en El Escorial se suprime el quinto piso debido a los tejados de pizarra; el piso principal se continúa en Villalpando a ambos lados en columnatas, que en El Escorial se corresponden ópticamente con la galería de Convalecientes del Oeste. Las construcciones de cimentación sobre las que se asienta el jardín de los monjes de El Escorial sirven en Villalpando, según se desprende de una inscripción, para posibilitar mayores antepatios al templo [...] elevación de las esquinas y de las "zonas articuladas" del esquema de retícula, y el santuario o la iglesia destacando en el centro" (Estudio iconológico, p. 127).

El parecido formal de la planta se debería según Antón Capitel al uso decidido en los dos casos del tradicional sistema compositivo de crujías en torno a patios o claustros: "los vacíos son los que están arquitectónicamente configurados, los que definen el espacio, tanto planimétrica como figurativamente, los que arquitectónicamente están más «llenos»" (Planimetría y tradición, pp. 74s).

Kubler destaca que "Villalpando fue discípulo de Herrera, y su reconstrucción revela la influencia de las trazas escurialenses en muchos aspectos. No es probable que el rey conociera la obra de Prado antes de que el jesuita partiera para Roma en 1592. A pesar de su grandiosidad, los apocalípticos alzados y plantas del Templo realizados por Villalpando están tan lejos de la arquitectura del Monasterio como las visiones de William Blake lo están de los dibujos técnicos de un ingeniero" (La obra de El Escorial, p. 70).

Notas:
[1] "La concepción esotérica de San Lorenzo de El Escorial", en El País, p. 25, Madrid, 26 julio 1993.
[2] "El Escorial y la Torre de Babel", en Ars Longa. Cuadernos del Arte, III, pp. 20 y 27, Valencia, 1992.
[3] Monasterios reales del Patrimonio Nacional, p. 43, Patrimonio Nacional - Lunwerg ed., Madrid, 1988.
[4] "La construcción ilusoria del Templo de Salomón", en ABC, p. 151, Madrid, 31 octubre 1991
[5] Con Fernando Marías Franco: "El Escorial y la cultura arquitectónica de su tiempo", en El Escorial en la Biblioteca Nacional, p. 119, Madrid, Ministerio de Cultura, 1985.
[6] La Octava Maravilla del mundo, estudio histórico sobre El Escorial de Felipe II, pp. 636-647, Madrid, Alpuerto, 1994.
[7] "La arquitectura de Felipe II" en Felipe II y el arte de su tiempo, p. 504, Madrid, Fundación Argentaria, 1998.
[8] "Fortuna e infortunios de un edificio", en El Escorial, biografía de una época. La historia, p. 348, Madrid, MEC, 1986.
[9] Arquitectura del Renacimiento en España, 1488-1599, parte tercera: "El estilo clásico, 1564-1599"; con Victor Nieto y Alfredo J. Morales, Madrid, Cátedra, 1986.
[10] Felipe II mecenas de las artes, pp. 14, 81, 82, 202, 208, 267, 297, 356, 363, 441, 452 y 461 Madrid, Nerea, 1992. Premio al Libro Mejor Editado en 1992 y premio Nacional de Historia 1993
[11] Casas reales en monasterios y conventos españoles, p. 135, Madrid, Xarait, 1982.
[12] El Escorial, piera profética, pp. 11, 19 y 36, Madrid, Instituto de España, 1986.
[13] Historia de la arquitectura occidental, t. V: Renacimiento, p. 271 y 277, Madrid, Dossat, 1988.
[14] "El Escorial, símbolo de un rey y de una época", en El Escorial, biografía de una época. La historia, p. 15, Madrid, MEC, 1986.
[15] "Juan de Herrera, arquitecto de Felipe II", en Arquitectura Viva, p. 84, nº 39, Madrid, nov-dic. 1994.
[16] "Arte y Estado", en Semanario Escurialense, 289, p. 3, Madrid, 1984.
[17] "Invención y traza del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial", en El Escorial. La arquitectura del Monasterio, p. 19-28, Madrid, COAM, 1986.
[18] Las trazas del Monasterio de S. Lorenzo de El Escorial. Discurso del académico numerario leído en el acto de su recepción pública, p. 66 y 95, Madrid, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 1965.
[19] Felipe de España, p. 196, Siglo XXI de España, Madrid, 1998.
[20] La obra de El Escorial, pp. 69-70, Madrid, Alianza, 1983
[21] "Pablo de Céspedes y la polémica Arias Montano - Del Prado y Villalpando", en Real Monasterio-Palacio de El Escorial. Estudios inéditos en el IV Centenario de la terminación de las obras, pp. 135-156, Madrid, CSIC, 1987.
[22] "La controversia sobre la reconstrucción del Templo de Salomón entre Arias Montano y los Jesuitas Del Prado y Villalpando". En Fe y sabiduría. La Biblioteca, pp. 53-75, Madrid, Patrimonio Nacional, 1986.
[23] "La composición arquitectónica en El Escorial", en Arquitectura, 56, pp. 6-19, Madrid, COAM, ago. 1963.
[24] "Caracteres peculiares de la composición arquitectónica de El Escorial", en El Escorial, I, pp. 155-180, Madrid, Patrimonio Nacional, 1963.
[25] "Centenario de El Escorial", en Ideas y diseño. La Arquitectura, pp. 13-22, Madrid, MOPU, 1986.
[26] Monasterios de España, I, pp. 107 y 115, Madrid, Espasa Calpe, 1991.
[27] El Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, Madrid, Lunwerg, dic. 1994). En este libro, publicado pocos meses después de la lectura de mi tesis (perteneció al tribunal que la juzgó) matizó su tesis anterior, dedicándole un capítulo completo: «La iglesia, nuevo Templo de Salomón» (pp. 36-42), aunque negando un posible parentesco formal, que reduce al terreno de las ideas.
[28] Dios, arquitecto, pp. 27s y 224s, Madrid, Siruela, 1994.
[29] "Críticas y críticos 400 años después. A modo de presentación", en El Escorial. La arquitectura del Monasterio, p. 6, Madrid, COAM, 1986.
[30] "El padre Villalpando (1552-1608) y sus ideas estéticas. Homenaje en su cuarto centenario", en Academia. Anales y Boletín de la R.A.B.A. de San Fernando, 3ª ep., vol. I, p. 421, Madrid, 1952.
[31] "Architecture and magic. Considerations to the Idea of the Escorial". En Essays on the History of Architecture, presented to Rudolf Wittkower, Londres, Phaidon, 1967; ed. esp. "Arquitectura y magia. Consideraciones sobre la idea de El Escorial", en Traza y Baza, 6, pp. 5-62, Barcelona, 1976. Ed. post. Madrid, Siruela, 1992.
[32] Dios, arquitecto, J. B. Villalpando y el Templo de Salomón, p. 208, n. 67; ed. J.A. Ramírez, con otros autores, Madrid, Siruela, 1991.
[33] San Lorenzo el Real de El Escorial. Studien zur Baugeschichte und Ikonologie, 1979; El Escorial. Estudio iconológico, pp. 119-136, Madrid, Xarait, 1984.
[34] "El Escorial como Palacio emblemático", en Real Monasterio-Palacio de El Escorial. Estudios inéditos en el IV Centenario de la terminación de las obras, pp. 101-102, Madrid, CSIC, 1987.
[35] La lápida templaria, p. 283 y 378, Planeta, Madrid, 1997. Ed. org. The Templar Stone, 1996.