Apolo |
Por muy poco versadas que se hallen las
personas en un arte, ¿no ves cómo obran? Si con la voluntad de los particulares
se conforman solo hasta cierto punto, no por eso dejan de observar las reglas
de su profesión, y jamás se apartan de ellas. ¿No es verdaderamente asombroso
que un arquitecto o un médico tengan más respeto por las reglas de su arte que
el hombre por su razón, prerrogativa que posee en comunidad con los dioses?
Marco Aurelio. Meditaciones. VI, 35.
Voz Regla del Diccionario Masónico. Simbolismo y Aspectos Históricos según la Tradición. Alexis Hatman. Letra y Espíritu, Barcelona, 2007
El símbolo de la regla se relaciona con el Sol por
la conexión existente entre el simbolismo de la «medida» y el de los «rayos
solares» [1]
Por otro lado, la palabra «medida» (latín mensura) deriva de la raíz men-, raíz de
la que derivan, en diversas lenguas, los vocablos que designan la luna (mène, moon, mond), también los
que designan la facultad racional (manas, mens,
mind), la memoria (mnésis) y al hombre considerado según su
naturaleza racional (mànava, man, mann,
mensch), y a esta raíz pertenecen
también las ideas de división o reparto. De ahí proviene también el nombre de Minerva de los etruscos y latinos [2].
Herramienta propia del segundo grado, no figura
siempre entre las del Aprendiz, pero tiene un papel en el ritual del tercer
grado apareciendo con toda claridad su relación simbólica con la jornada
dividida en 24 horas; el reparto de éstas en dos series de 12, correspondiendo
a las horas del día y de la noche (como en el número de letras que componen las
dos partes de la fórmula de shahâda
islámica) da lugar a consideraciones muy interesantes [3].
Su herramienta complementaria es la palanca.
Es una figura axial cuya función de medida es la
de referirlo todo a la unidad. Es la que da al edificio su equilibrio, sus
proporciones y su armonía, lo que explica su papel en el tercer grado.
Respecto a la shahâda,
representa la atestiguación por excelencia de la Unidad divina. Así, el uso de
la regla representa, en todas sus formas, el retorno al Uno y la norma
primordial. Se encuentra representada por la letra alif, con la que empieza el nombre de Allah, identificado por completo al Principio de la construcción universal (G.·. A.·. D.·. U.·.). En la tradición musulmana, la Regla de Abraham (millat Ibrâhim) simboliza «la Religión pura y liberal» de los orígenes, en la que el individuo hace su ser conforme al Ser absoluto. [4].
primordial. Se encuentra representada por la letra alif, con la que empieza el nombre de Allah, identificado por completo al Principio de la construcción universal (G.·. A.·. D.·. U.·.). En la tradición musulmana, la Regla de Abraham (millat Ibrâhim) simboliza «la Religión pura y liberal» de los orígenes, en la que el individuo hace su ser conforme al Ser absoluto. [4].
En el emblema de la Orden (Compás, Escuadra y Regla
entrecruzados), con frecuencia la regla se encuentra substituida en las
figuraciones modernas por la estrella flamígera acompañada generalmente por la
G. De hecho la regla y la estrella flamígera son dos símbolos característicos
del grado de Compañero y el número de relaciones entre los cinco vértices del
pentágono reunidos en un solo trazo es de 24, el mismo que las divisiones de la
regla [5].
En la estrecha relación con la escuadra por su
significado común de medida y con el Volumen de la Ley Sagrada, símbolo de la
Ley, que es la Regla espiritual [6]. Podría decirse que la Regla es el
equivalente, bajo la forma de herramienta, del Volumen de la Ley Sagrada y el
sinónimo de la escuadra.
Deriva del latín regula, «regla que sirve para
poner derecho, en escuadra», o «patrón». A su vez, regula deriva de rego: «dirigir»,
«gobernar», «guiar». Rego también da rectus, que significa «derecho» (horizontal
o verticalmente) [7].
La Regla además como instrumento de medida puede
tomarse como instrumento de evaluación. La palabra inglesa «gauge», utilizada por los rituales («twenty-four inch gauge») es de la misma
familia que la francesa «jauge», que
significa tanto regla como aforo [8].
Notas:
[1]
René Guénon, “Le Regne de la Quantité et
les Signes des Temps”, Gallimard, 1997.
[2]
René Guénon, “Símbolos Fundamentales de
la Ciencia Sagrada”, EUDEBA, 1988.
[3] René Guénon, “Études sur la Francmaçonnerie et le Comagnonnage II”, Éditons
Traditionnelles, 1995, París.
[4] Patrick Geay, “Mystères et significations du Temple maçonnique”, Éditions Dervy,
París, 2000.
[5]
Marc-Reymond Larose, “Le plan secret d’Hiram”,
La Nef de Salomon, Dieulefit, 1998.
[6] Philippe Langlet, “Des Rits maçonniques (I)”, Éditions Dervy, París, 2004, p. 214.
[7] Idem, p. 224.
[8]
Idem, p. 444.
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